(foto de la presentación de ‘El Zapaterato, el fin de ETA’, en la sociedad El Sitio, de Bilbao, con Manu Menéndez y Basagoiti)
Sobre las declaraciones de Otegi El País de hoy:
1.-Me parecen interesantísimas. Abren un camino. O son un paso más en un camino que se abre.
2.-Me hubiese encantado publicarlas en mi periódico. Lo digo porque lo intenté, y me dieron (Petricorena y la propia Jone) con la puerta en las narices –no somos El País, claro–. Y también lo digo porque ya han empezado las críticas más o menos ultras al simple hecho de haberlas publicado.
Estoy convencido de que la cosa va por el buen camino. ¿Por qué no lo reconocemos de una vez? Parece que hay gente a la que le molesta…
No diré yo, como a Zapatero se le escapó en una ocasión, que Otegi –por quien no siento la menor simpatía– sea hombre de paz. Pero a veces tengo la sensación de que hay como una necesidad de perseguirlo más allá de sus sin duda muchas culpas. Es y ha sido un interlocutor necesario, creo, para llegar al fin de ETA y la cárcel lo ha ‘ablandado’ lo suficiente como para que se enfrente, espero, a los últimos chalados asesinos de la banda del horror. Es cuña de la misma madera y hay que aprovecharla.
El pasado miércoles, en Bilbao, Manuel Angel Menéndez y yo presentábamos el libro ‘El Zapaterato, la negociación y el fin de ETA’ y un espectador propuso poner en libertad a Otegi. Gustó poco la ocurrencia, y yo le dije que antes había compartido esa tesis, pero que ahora Otegi tiene que dar pasos mucho más valientes. Creo que esta entrevista, en la que aunque no contesta a algunas cosas, es uno de esos pasos, aún tímido, pero positivo.
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