(la dama misteriosa)
Esta columna, enviada hoy a mi agencia OTR, se la dedico a ella, que, pese a sus muchas obligaciones y agobios, me ha demostrado que lo lee –Diosss del cielo– todo:
–Zapatero gana, al fin, un set, pero no el partido
Fernando Jáuregui
Un set, que, desde luego, aún no el partido, es lo que ganó Zapatero este miércoles al anunciar de sopetón, en la sesión de control del Congreso de los Diputados y ante una pregunta de Rajoy, una importante serie de medidas de apoyo a la pequeña y mediana empresa. Algo atropelladamente, signo de la rapidez con la que alguien le había redactado el papel con el que debía responder al jefe de la oposición, el presidente del Gobierno leyó el paquete de medidas que se aprobarán este viernes en Consejo de Ministros: rebajas fiscales para las Pymes, privatización de parte de las loterías del Estado y de la gestión de aeropuertos…Olvidó, con las prisas, citar la aprobación, también en el próximo Consejo, de un nuevo estatuto para el trabajador autónomo, pero los servicios de prensa monclovitas, y la propia vicepresidenta segunda, estuvieron al quite en los pasillos de la Cámara Baja y subsanaron el lapsus.
Lo cierto es que, entre este anuncio y las contundentes réplicas del vicepresidente Rubalcaba al asedio de Soraya Sáenz de Santamaría, se podría estimar que el Gobierno venció en el lance parlamentario por primera vez en bastantes sesiones similares. Ahora falta ver la concreción de las medidas anunciadas por Zapatero, que, con su enunciado, provocó positivas reacciones en los medios económicos, aunque algunas de ellas ya se conocían y hasta habían sido propuestas (y desestimadas por la mayoría en la Cámara) por otros grupos parlamentarios, como el catalán.
Hay, en todo caso, que reconocerle al jefe del Gobierno que, con esta, van dos remontadas a la red; porque, por mucho que se empeñen los detractores, lo cierto es que la ‘cumbre’ del pasado sábado con los mayores empresarios y banqueros españoles cosechó un punto positivo, aunque acaso también eso sea insuficiente.
Por otro lado, asistí el pasado martes a un mítin en Toledo, en el que la candidata del PP, María Dolores de Cospedal, acompañada por Mariano Rajoy, desgranó algunas interesantes medidas de contención del gasto en Castilla-La Mancha para cuando ella alcance, urnas mediante, la presidencia autonómica. Cabría preguntarse por qué algunas de estas medidas no se aplican ya en otras autonomías controladas por los ‘populares’. Y también, dado que parecen ideas con mucho sentido común,en las que están gobernadas por socialistas.
Así, sería lógico que nos preguntáramos, en suma, cómo es posible que, ante tanta proliferación reciente de ideas y anuncios de medidas para socorrer la pobre situación económica española, no se ha llegado aún a un gran acuerdo nacional entre las principales formaciones para poner en marcha algún plan de salvación. La situación, todos nos lo dicen, exige adoptar soluciones extraordinarias, y no conozco ninguna que diese más confianza al electorado, a la ciudadanía, al contribuyente, al inversor, al consumidor, que el anuncio de ese gran acuerdo político, independientemente de que nos encontremos de nuevo en vísperas de otra larga precampaña electoral.
A mí me parece muy bien que nuestros dirigentes políticos imaginen y anuncien, por fin, remedios que parecen creíbles para nuestros males. Por eso mismo, juzgo intolerable que la aplicación de estas medicinas al enfermo nacional se vea lastrada por la falta de acuerdo entre los galenos. Y, así, seguimos jugando el partido, equipo contra equipo, en la cancha nacional. ¿No era el bien de la nación lo primero y después la victoria de los jugadores? Así, puede que se ganen sets, pero todos podemos perder el partido.
fjauregui@diariocritico.com
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