No entiendo muy bien algunas reacciones. Zapatero se tenía que marchar, y ha iniciado ya el camino del exilio interior que le espera. Yo he sido el primero que lo ha dicho: se tiene que ir. El mismo lo comprendió, como es obvio. Y será mejor la era que venga, entre otras cosas porque la coyuntura será mejor. De ahí a la lapidación va un trecho. De ahí a la comparación Islandia, si es que alguno de los lapidadores saben algo de Irlanda, un abismo. Que yo sepa, ZP, que ha gobernado equivocándose, no diciendo siempre la verdad y exacerbando un optimismo que no venía al caso, ha metido la pata muchas veces: la mano, nunca. Ha ejercido el poder guiado, pienso, por la buena voluntad. La Historia le juzgará, y tendrá –ya está teniendo– un enorme castigo político. Pero no creo que sean los jueces quienes deban juzgarle, la verdad. ¿Es buena tanta inquina en un país que se quiere –se querría– tolerante?
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