Escribo desde el aeropuerto de Caracas, hya de regreso a Madrid. Interminables colas y controles en el aeropuerto, cosa que certificaran mis veinte compañeros periodistas que viajan conmigo. ¿Qué pasa en Venezuela? Tengo que depurar sentimientos y sensaciones. Pero prometo detenerme, en cuanto pueda, en ello. Tengo claro, en todo caso, que aquí se va a armar una muy gorda, de seguir las cosas a este paso.
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