Supongo que a la derechona le parecerá que sí, que proponer cosas que disgustan a la jerarquía católica es un viraje a la izquierda. La verdad es que a la jerarquía católica, a cierta jerarquía católica, que se sitúa frente a todo excepto frente a la demasía de Jiménez Losantos, le disgusta casi todo: está anclada en los albores del siglo XIX, o, peor, en la moral del franquismo. Me gusta que Rajoy se haya rebelado contra monseñor Rouco y que el congreso del PSOE le haya sacudido una patadita –solamente una patadita–. Por lo demás, yo sigo pensando que esto de la derecha y la izquierda –no la derechona y los izquierdistas fanáticos– es una distinción cada día más maniquea: ya ni el ser católico practicante es signo de la derecha. Veamos lo que ha salido de los congresos del PP y del PSOE, comparemos y lleguemos a la conclusión de que, si quita usted aborto y proyecto –que nada más– de ir hacia una eutanasia ‘europea’, todo es similar. Piensan lo mismo. ¿Por qué no pactar?
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