Algo más que una foto instantánea de Sánchez con Biden

Yo creo que es más una casualidad, dictada por el orden alfabético con el que se organizan estos protocolos, que un éxito diplomático. Pero el caso es que la fotografía de Pedro Sánchez junto a Joe Biden va a ser un hecho casi inevitable este lunes en Bruselas, en el marco de una ‘cumbre’ de la OTAN. Y no tenga usted la menor duda de que el ‘redondismo’, que algo ha contribuido –más que Exteriores, me parece—a forzar un ‘cierto encuentro’ entre el presidente español y el hombre más poderoso del mundo, va a aprovechar a fondo esta ‘photo opportunity’. Y hará bien, porque el inquilino de La Moncloa ha tenido muy pocas oportunidades de lucirse en el marco internacional.

No quisiera caer en ese hispano-derrotismo que nos es tan peculiar, pero me parece que debemos huir de la sensación de que el supongo que bastante fugaz encuentro entre el presidente norteamericano y el jefe del Gobierno de España va a poder dar un repaso a todos los temas ‘de mutuo interés’ (más para nosotros que para Washington, desde luego): Marruecos y el Sahara, los aranceles a los productos españoles versus la tasa Google, qué va a ser de la base de Rota…De momento, la representación diplomática norteamericana en nuestro país es de bajo perfil y la pandemia, unida al desbarajuste de Trump, ha hecho muy poco por incrementar la presencia española allí y no digamos ya la estadounidense aquí. Así que, sin obsesionarse con un nuevo ‘bienvenido mister Marshall’, habremos de forzar un poco la mano para no seguir siendo el gran país occidental siempre olvidado por Washington.

Cierto es que, ya con Rajoy y no digamos ahora con la actual ministra de Exteriores, el peso internacional de España ha ido decayendo. La clamorosa ausencia de nuestro país en el G-7 es algo que habrá de arreglarse cuanto antes; pero no será manteniendo situaciones tal que la carencia de un embajador español en Londres, en plena polémica mundial por el Brexit, como las cosas se arreglen.

No, la ‘photo opportunity’ de Sánchez con Biden no es un éxito de la diplomacia española, sino, si acaso, de algunas gestiones monclovitas, me parece. Y el hecho es que incluso desde La Moncloa tratan de no alentar demasiadas expectativas sobre este encuentro. El presidente del Gobierno español sabe perfectamente que ha cometido muchos errores en política exterior –su última gira iberoamericana, sin ir más lejos, fue por completo irrelevante—y que hay que dar un giro a la diplomacia hispana para fomentar la buena imagen del país y su eficacia comercial.

Pero claro, España sigue siendo una nación volcada hacia adentro: que si la Asamblea de Podemos y las cosas de Ione Belarra con el libre regreso de Puigdemont; que si la manifestación de Colón, que si las absurdas primarias en el PSOE andaluz, que si el indulto a Junqueras y sus compañeros mártires…Los políticos españoles no hacen más que complicarse, y complicarnos, la vida. Y así, claro, no hay quien encuentre tiempo para encauzar la mirada hacia fuera: ni esta ministra es la adecuada ni lo es tampoco la escasa atención que el Ejecutivo en particular, y la clase política en general, está dedicando a lo que pasa por el mundo. Y lo que pasa es mucho más que una foto de Sánchez junto a ese señor mayor que sucedió a la insana era de Trump y que está empezando a revolucionar, creo que para bien, nuestro planeta…pero eso sí, sin nosotros a bordo.

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