Este ‘im-presentable’ aparece publicado en diariocritico. Lo suscribo (porque lo he escrito yo mismo, je je) en su integridad:
Parece increíble que, con la que le ha caído encima, con toda justicia, a cuenta de los dislates en ‘su’ ‘Diccionario Biográfico Español’, el director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, siga diciendo que «en ningún momento» ha pensado en dimitir. Se comprende que se sienta orgulloso de la obra magna que se completado, bajo su ya largo mandato en la Academia, con una generosa subvención oficial. Pero no se entiende su rechazo a la menor autocrítica por cosas como haber embarcado a los reyes en la presentación de una obra polémica, los cincuenta tomos del ‘diccionario’, que él reconoce que ni siquiera ha supervisado. «No he leído la biografía de Franco» (una de las entradas que centra los mayores ataques contra la obra), reconoce Anes este sábado en una entrevista que ha concedido a El País. Patentemente irritado con la prensa, defiende que se encargase al historiador medievalista Luis Suárez, que alienta fundaciones de neto signo franquista, redactar la biografía en la que Franco no aparece como un dictador y sí como un personaje «moderado» (no es esta, desde luego, la única entrada objetable). A la pegunta –magnífica entrevista, por cierto, por parte de sus autores– de si no cree que al menos con los textos más delicados del ‘Diccionario’ tendría que haber habido más control, Anes, un hombre que jamás sonríe, contesta, altanero: «Posiblemente sí, pero no se hizo, y punto».
En fin, ni autocrítica, ni buen talante, ni propósito de la enmienda; ni siquiera un mínimo reconocimiento de que la Real Academia de la Historia, llena de ritos arcaicos, en la que hace años que no entra aire nuevo,pueda estar algo obsoleta. Sentimos decirlo, pero el señor Anes, a sus 76 años, se ha ganado un descanso. Que se vaya para que también esta institución algo vetusta pueda ir empezando a renovarse de verdad.
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