Acabó la América de John Wayne, de la asociación del rifle, de Sarah Palin, de los héroes de Vietnam…¡Bieeeeeenn!
(continuará)
Acabó la América de John Wayne, de la asociación del rifle, de Sarah Palin, de los héroes de Vietnam…¡Bieeeeeenn!
(continuará)
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Párrafos del Discurso de Barak Hussein Obama, primer presidente negro de la historia de USA, en la Convención Demócrata, 29/08/2008:
La nuestra es una promesa que dice que el gobierno no nos puede solucionar todos los problemas, pero lo que sí debe hacer es lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Protegernos del daño y proveer a cada niño una educación adecuada, mantener nuestra agua limpia y nuestros juguetes seguros, invertir en nuevos colegios y nuevas carreteras y nueva ciencia y tecnología.
¿Cómo si no puede John McCain ofrecer un plan para privatizar la seguridad social y jugarse vuestras pensiones? No es porque a McCain no le importa, es porque no lo capta.
Durante más de dos décadas ha estado abonado a esa vieja, desacreditada filosofía republicana -da más y más a los que más tienen y confía en que la prosperidad descienda a los demás.
En Washington, lo llaman la sociedad de propietarios, pero lo que realmente significa es que estás sólo. ¿Te has quedado sin empleo? Mala suerte. ¿no tienes seguro de salud? El mercado lo resolverá. ¿Has nacido pobre? Arréglatelas con tu propio esfuerzo, aunque no puedas. Estás sólo.
Y, por el bien de nuestra economía, nuestra seguridad y el futuro de nuestro planeta, estableceré una meta clara como Presidente: en un plazo de diez años, pondremos fin a nuestra dependencia respecto al petróleo de Oriente Medio.
Y voy a invertir 150.000 millones de dólares en la próxima década en fuentes renovables de energía que podamos costear – energía eólica, y energía solar y la próxima generación de biocombustibles.
Ahora, es el momento de cumplir por fin nuestra obligación moral a facilitar a cada niño una educación de primera clase, porque es lo mínimo para poder competir en la economía global.
Voy a invertir en la educación de los más pequeños. Voy a reclutar a un ejército de nuevos maestros, les pagaré salarios más altos y les daré un mayor apoyo.
Ahora es el momento de cumplir, por fin, la promesa de un acceso a precios razonables a cuidados sanitarios para todos y cada uno de los americanos.
Yo mismo vi cómo mi madre discutía con las empresas de seguros desde la cama donde moría de cáncer y voy a asegurarme de que esas mismas empresas dejen de discriminar a los que están enfermos, los que más necesitan atención sanitaria.
Ahora es el momento de ayudar a las familias con bajas pagadas por enfermedad y mejores permisos por asuntos familiares, porque nadie en América debería tener que elegir entre salvar su empleo y cuidar a su niño o a su progenitor enfermo.
Ahora es el momento de cambiar nuestras leyes sobre quiebras para que vuestras pensiones estén protegidas por encima de las primas de los ejecutivos; y es la hora de salvaguardar la Seguridad Social para generaciones futuras.
Lo he visto en Illinois, cuando aportamos asistencia sanitaria a más niños y pasamos a más familias desde ayudas sociales hasta empleo.
Y todavía hoy, cuando mi llamamiento a establecer un marco temporal para retirar nuestras tropas de Irak ha encontrado el eco del Gobierno iraquí e incluso la administración Bush, incluso después de saber que Irak tiene un superávit de 79.000 millones de dólares mientras nosotros nos ahogamos en déficits, John McCain se queda solo en su negativa obstinada a poner fin a una guerra equivocada.
Pondré fin a esta guerra en Irak de forma responsable, y terminaré la lucha contra Al Qaeda y los Talibán en Afganistán.
Construiré nuestras alianzas para vencer a las amenazas del siglo XXI: el terrorismo y la proliferación nuclear, la pobreza y el genocidio, el cambio climático y la enfermedad.
Pero lo que no voy a insinuar es que el Senador adopta sus posturas con fines políticos. Porque una de las cosas que tenemos que cambiar en nuestra vida política es la idea de que la gente no puede discrepar sin poner en duda la ética y el patriotismo del otro.
Puede que no estamos de acuerdo sobre el aborto, pero seguramente podemos ponernos de acuerdo sobre la reducción de los embarazos no deseados en este país.
La realidad de la tenencia de armas puede ser diferente para cazadores de las zonas rurales de Ohio que para aquellos castigados por la violencia de bandas en Cleveland, pero no me digan que no podemos defender la Segunda Enmienda mientras mantengamos los AK-47 fuera de las manos de delincuentes.
Sé que hay discrepancias sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero seguramente podemos estar de acuerdo en que nuestros hermanos y hermanas gays y lesbianas se merecen poder visitar a sus seres queridos en el hospital y llevar vidas libres de la discriminación.
Los ánimos están enardecidos en cuanto a la inmigración, pero no sé a quien le beneficia cuando se separa a una madre de su hijo en la infancia o un empleador socava los sueldos estadounidenses al contratar a trabajadores ilegales.
Sé que hay quienes desprecian tales convicciones como meras palabras bonitas. Ellos afirman que nuestra insistencia en algo mayor, algo más firme y sincero en nuestra vida pública supone simplemente un caballo de Troya para impuestos más altos y el abandono de los valores tradicionales.
Y eso es de esperar. Porque si careces de ideas frescas, entonces empleas tácticas pasadas para espantar a los votantes.
Es una promesa que hago a mis hijas cuando las acuesto por la noche, y una promesa que vosotros hacéis a los vuestro -una promesa que ha motivado a los inmigrantes a cruzar océanos, a los pioneros a viajar al oeste; una promesa que llevó a los trabajadores hasta los piquetes y a las mujeres a aspirar al sufragio.
«No podemos andar solos», dijo el predicador. «Y mientras andamos, tenemos que jurar que siempre marcharemos hacia delante. No podemos volver atrás».
América, no podemos volver atrás. No cuando hay tanto trabajo por hacer. No con tantos niños por educar y tantos veteranos por cuidar. No con una economía por arreglar y ciudades por reconstruir y granjas por salvar. No con tantas familias por proteger y tantas vidas por reparar.
América, no podemos volver atrás. No podemos andar solos.
La alegría de la victoria no tiene que significar un alejamiento de la realidad. Mucho me temo que sociedad y gobierno no vayan estrictamente por el mismo camino y que toda esa América (del Norte) que enuncia seguirá perviviendo a pesar de los pesares.
LA NOCHE MENOS PENSADA Perdone mi intromisión en el comentario de esta noticia, le escribo pidiendo solidaridad, como Usted sabrá RNE ha eliminado LA NOCHE MENOS PENSADA, el programa de mayor nivel cultural de la radio española, que ha sido sustituido por otro de ínfima calidad, en la línea de deriva de los medios públicos estatales. Hay un blog salvemoslanochemenospensada.blogspot.com en el que un grupo grande de personas se han unido para que este programa vuelva a la programación y a ocupar el lugar que se merece. Si le parece bien puede darse una vuelta por el blog dónde ya han firmado en un apartado YO FIRMO PORQUE colegas como Manu Leguineche, Susana Olmo, colaboradores del programa etc. Y si le parece bien solidarizarse por esta causa firmando en el manifiesto y/o escribiendo en el YFPQ Atentamente y gracias. Bea
Yo me alegro enormemente, a ver si con esto se le acaba a la izquierda la coartada de echarle la culpa de todo a Bush, y pierden pie en su antiamericanismo.
Me temo que pese al alegrón generalizado, a la hora de la verdad habrá más presencia en Afganistan, Castro y Chavez seguiran siendo dictadores, Ping Po Yang intentará aterrar a Asia y el iraní continuará con su plan nuclear. Eso, con mucho talante, aunque escaso de talento.
Ojala me equivoque
La guerra de Vietnam la empezó un presidente demócrata, Jáuregui. Y éste, lo veremos, intensificará la de Afganistán.
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