Casi todos los efectos de un día ‘histórico’

Le cuento a usted, para lo que valga, casi todo lo que se habla en estos momentos en círculos políticos de Madrid –en sus muy variadas acepciones y tendencias—tras la constatación de que, finalmente, Junts y el PSOE han llegado a un acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y para prolongar ese acuerdo durante la Legislatura que ahora va a inaugurarse de veras. Yo diría, en atención a lo que van desarrollando las distintas fuentes e interlocutores de las que uno goza (o padece), que ahora van a ocurrir, con cierta probabilidad, las siguientes cosas:

 

1.-Por supuesto, Sánchez será investido seguramente el jueves de la semana próxima (el calendario está por determinar). Ganará por mayoría absoluta, 178 escaños, si nada imprevisible ocurre, claro, porque, a la hora de escribir esta columna, el PNV aún no había dado su ‘sí’, aunque, por supuesto, lo dará. Y porque este es el país en el quye la anormalidad es lo más normal y lo imprevisible, lo más previsible.

 

2.-En el acuerdo, Puigdemont gana por tres a uno. Cierto, ha hecho algunas cesiones sobre su programa de máximos, pero ninguna de ellas es definitiva: sigue la pretensión de un referéndum de autodeterminación y de un traspaso de competencias fiscales pleno. Hay que leer atentamente los cuatro folios del pacto para darse cuenta de hasta qué punto el ex president de la Generalitat ha negociado mejor que sus interlocutores del PSOE (y del Gobierno). No había sino que escrutar el tono y las palabras de Puigdemont en su alocución –sin preguntas—de media hora este jueves, 9 de noviembre por cierto, para constatar que lo suyo es una victoria: amnistía total, intermediación internacional, primacía sobre otras autonomías, individualización…

 

3.-He escuchado comentarios en el sentido de que este jueves, con el acuerdo, acabó el ‘procés’. Atendiendo a la literalidad del acuerdo, no estoy nada seguro de ello.

 

4.-Pedro Sánchez va a tener que enfrentar muchas iras al otro lado del Ebro (y a este). El estamento judicial se siente afrentado, no solo porque el proceso al ‘procés’ protagonizado por el Tribunal Supremo ha quedado invalidado y casi anatemizado, sino, sobre todo, porque en las cláusulas del acuerdo se invalida la ‘judicialización’ del independentismo y se limita totalmente la intervención de los jueces sobre lo pactado. En este sentido, el poder Judicial es el gran derrotado en el acuerdo de este jueves.

 

5.-El tema se va a someter a los tribunales europeos desde instancias judiciales españolas. Se ha agravado la brecha ya abierta entre el Ejecutivo y el Judicial, especialmente a raíz de la intervención del juez García Castellón imputando a Puigdemont por un presunto delito de connivencia con el terrorismo, algo que, en mi opinión, difícilmente se sostiene, pero ha mostrado hasta qué punto los jueces, o una mayoría de ellos, se sienten agraviados por todo lo actuado y están dispuestos a obrar en consecuencia.

 

6.-Pedro Sánchez mantiene, en las encuestas de urgencia, su suelo de apoyo electoral. Capta al menos doscientos mil votos de Sumar, más o menos los mismos que el PP capta de Vox. Pero qué duda cabe de que la brecha entre las llamadas ‘dos Españas’ se amplía. El PP se muestra dispuesto a boicotear desde todos los frentes los términos y el alcance del acuerdo suscrito entre PSOE y Junts: el Senado, las autonomías presididas por ‘barones populares’ y la propia calle, como se verá este domingo, serán los frentes en los que actuará la oposición, al margen de los debates en el Congreso.

 

7.-Me siento incapaz de analizar a fondo las consecuencias que para la política catalana tendrá el acuerdo que Junts, Erc y los demás (todavía no el PNV, aunque sin duda acabará dando también su ‘sí’) han suscrito con el PSOE. En principio, los ‘trackings’ sugieren que el PSC sigue teniendo el liderazgo en la intención de voto, pero está lejos de poder obtener la mayoría absoluta en unas elecciones autonómicas. También me parece pronto para augurar si la investidura de Sánchez cooperará a un acercamiento entre ERC y Junts…o todo lo contrario.

 

8.-El futuro político personal de Puigdemont se considera en Madrid una auténtica incógnita. Ni los más cercanos interlocutores socialistas del ex president de la Generalitat se muestran seguros de sus intenciones de futuro: ¿se presentaría de improviso en Cataluña, aun antes de que se aprueba la ley de amnistía, que es algo que no será inmediato, porque el PP retrasará esta aprobación en el Senado?¿Pretende candidatarse a la presidencia de la Generalitat o mantenerse como eurodiputado en las próximas elecciones al Parlamento europeo? En Madrid, al menos, desde donde escribo, ni idea.

 

9.-También hay no pocas especulaciones sobre el futuro político/personal del propio Pedro Sánchez. Qué duda cabe de que esta negociación con el independentismo catalán en favor de su investidura le está costando no pocos apoyos en la España ‘de siempre’. Si ahora hubiese elecciones generales en España, las perdería, aunque seguramente no por mucho. Hasta sus peores críticos admiten que Sánchez, en materia de supervivencia, es ‘un fuera de serie’, que controla absolutamente su partido –al menos por el momento—y que aguantaría bien un par de años de Legislatura. Pero no mucho más: tiene abierto un prometedor futuro en las euro-instituciones, tal vez incluso como sucesor de Ursula von der Leyen al frente da la Comisión.

 

10.-Porque la Legislatura, coincide una inmensa mayoría dentro y fuera del PSOE, va a ser un infierno. Puigdemont no va a dejar de hacer sentir su impronta, su influencia y el peso de sus siete escaños, y lo mismo harán ERC, el PNV y los ‘minoritarios’ de Sumar, especialmente los muy descontentos y humillados representantes de Podemos, que harán mucho ruido para tratar de colocar ministros. En estas condiciones, sacar adelante algunas leyes, algunos compromisos con Junts, los Presupuestos Generales del Estado, va a requerir mucho talento negociador, y, en este campo, Sánchez, que es un maestro en el terreno, ha mostrado ser inferior a Puigdemont, que, buen conocedor de las ambiciones de su interlocutor, ya digo, ha ganado casi por goleada.

 

11.-El bloque de la oposición está roto. Nada que ver entre el Vox de los excesos y el Partido Popular de las manifestaciones ‘ordenadas’. Núñez Feijoo se ha dejado absorber por Pedro Sánchez en los titulares, en las conversaciones en la calle y, casi, en lo personal en las encuestas de popularidad. Tiene menos talento como opositor que Sánchez como gobernante, aunque sea en funciones. Vox, como Sumar, antes lo señalábamos, se dejan en este envite más plumas que el PP y el propio PSOE, aunque en todos los casos el entusiasmo ciudadano por la clase política decae (más aún).

 

12.-Sánchez tendrá que restaurar, tras una trayectoria cuando menos irregular en lo que respecta al seguimiento de la normativa y a mantener el límite de las ‘líneas rojas’, la confianza ciudadana en la gestión política, en las instituciones y hasta en el sentido común. Yo aventuraría un giro notable en su trayectoria, acercándose a los consensos transversales (con el PP, nunca con lo que representa Vox) y tascando el freno en lo referente a la negociación con las formaciones nacionales e independentistas. También aventuro un giro sensible en el próximo Gobierno, en el que no estará Podemos, pero sí tendrá un peso notable de Sumar de Yolanda Díaz, que, a nivel personal, es una de las innegables ganadoras con todo lo ocurrido pese a su descenso en las encuestas.

 

13.-Los días finales de la negociación entre Junts y el PSOE han estado marcados por una tensión callejera al límite, de la mano de formaciones ultraderechistas, que han aprovechado las protestas contra la amnistía para ejercer actos de gran violencia que los convocantes de las manifestaciones ni querían ni supieron prever.

El límite de la tensión se centró en el intento de asesinato del ex presidente del PP catalán Aleix Vidal Quadras, luego militante de Vox, un atentado en el que algunos derechistas han querido ver una caso similar al del asesinato de Calvo-Sotelo. Poco que ver, obviamente; una patente exageración interesada, pero toda una muestra del estado de tensión extrema que se ha vivido, quizá aún se vive, en esta Corte de los milagros que es la capital del Estado.

 

Y 14.-Sospecho que el debate en la sesión parlamentaria de la investidura va a ser bastante similar a un debate sobre el estado de la nación, aunque sin mociones ni resoluciones finales más allá de la constatación de que Sánchez seguirá habitando en La Moncloa durante un tiempo indeterminado, insisten en que pienso que siempre inferior a los cuatro años de la duración ‘normal’ de la Legislatura.

Núñez Feijoo tratará de mostrar su talla como líder de una oposición moderada, lejana a los planteamientos de Vox, cada vez más rechazados desde el PP. Y Sánchez habrá de ofrecer a la nación un discurso menos frentista, más alejado de la actual confrontación. Algo similar a eso, ‘gobernaré para todos y con todos’, que siempre dicen los ganadores de unos comicios en la noche electoral. Luego viene todo lo demás, que suele desmentir las declaraciones conciliadoras de buenas intenciones. Pero eso ya se verá en su momento. Pronto, en todo caso.

 

 

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