Me he dado cuenta de que yo vivo con casi cinco veces más –depende del mes– que un mileurista y no me sobra demasiado, aunque quizá me pueda permitir algún lujo. La información, reiterada hoy, de que hay dieciocho millones y medio de ciudadanos en este país nuestro que viven con mil euros o menos me sobresalta y me angustia.
Por solidaridad, claro, pero por otros motivos: ¿cómo es posible que en esta España de injusticias no haya alguna revuelta social? ¿Cómo se entiende que no haya habido ni un solo mandamás socialista que no haya hecho algún comentario comprensivo (o compasivo), como si todo estuviese bien y en regla? ¿Cómo que los sindicatos, a los que respeto, ni mú? ¿Y Llamazares? ¿Y Cayo Lara, tan calladito todas las vacaciones? Ha sido apenas Mariano Rajoy, haciendo oposición, quien. en una entrevista en ‘su’ radio gallega, ha dicho algo al respecto (y me parece muy bien, que conste, aunque no estoy seguro de que haya hablado por afan igualitario).
¿Se puede vivir con mil euros? ¿Cómo nos atrevemos a condenar a quie trampea para llegar a fin de mes, cuando quienes más ganan no pagan siquiera a Hacienda, o lo hacen mínimamente (ah, las Sicav, ah el dinero negro…)?
Este ha sido mi sobresalto de hoy. Ya sabía que las cosas estaban así, por supuesto, pero conviene que, de cuando en cuando, un aldabonazo te altere los nervios. Con razón decía Adolfo Suárez que este es un país muy fácilmente gobernable; nos conformamos con todo…
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