Descubro que me está gustando más de lo que pensaba. El futbol, digo. Será que estoy harto de Maragall, de Montilla
, de los del PP y de los del PSOE, del Gobierno, de la oposición y de las oposiciones a la oposición. Y entonces, ya que tenemos pan
suficiente, llega el circo, aunque sea de tan pésima calidad
como el partido España-Arabia Saudí de esta tarde. He visto a chavales envueltos en la bandera
de España, que es la única ocasión en la que sale a la calle –quitando la de la AVT de Alcaraz, que es otro cantar–, he escuchado en las calles el grito de alegría cada vez que marcan los nuestros. Así que podríamos sacar muchas conclusiones sociológicas y políticas, y hasta pedir que Luis Aragonés
sea entronizado presidente del Gobierno, que el nuestro provoca menos entusiasmos, ya se ve. Al menos, compruebo que las dos españas son solamente una cuando del mundial de futbol se trata. Algo es algo; solamente por eso, me encantaría que ganáramos, incluso frente a Argentina, que se chinche Kirchner
, que se ha ido dejándonos el regusto de lo antipático que es.
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