¿Da el PP la venia?

Me parece que, ahora, todo está en manos del Partido Popular. Debe entrenarse para la tarea que da la impresión de que ineludiblemente le aguarda: gobernar. Está fuera de cuestión que ese entrenamiento ha de hacerse mediante un pacto, ayude o no al actual Ejecutivo de Zapatero: ZP es casi un cadáver político, y ni ganando el mundial, ni siquiera venciendo definitivamente a ETA, resucita. Han sido demasiadas idas y venidas, excesivas vueltas de tuerca y contradicciones. No, Zapatero no volverá a estar en La Moncloa tras 2012, pienso. Su credibilidad se ha disuelto y no veo muchas posibilidades de recuperación.
Pero ahora la tarea necesaria es mantener el barco a flote. Y para ello es más urgente que nunca el concurso de todos, de los nacionalistas, del PP; de IU no, porque difícilmente puede una formación con esos planteamientos aceptar una rebaja de derechos laborales como la que se avecina y siempre será útil alguien instalado en el ‘no’.
Y el barco estaría mucho más lejos de la escollera si los grandes partidos pactaran las medidas, duras y tristes, que parece que hay que tomar (supongo yo que habrá que tomarlas, ya que la señora Merkel, el gran oráculo, lo pregona).
Ya digo: los ojos de toda Europa están fijos en Rajoy, al que las cancillerías consideran la alternativa muy probable. Y yo añadiría: dadas las circunstancias, también la más deseable. El presidente del PP no debe dejar pasar esta oportunidad de mostrar su calidad de estadista. Yo creo que esta semana apoyará, sin entusiasmo, el ‘tijeretazo’ laboral, qué remedio. Lo veremos, lo comentaremos.
Esta semana que ahora empieza puede ser la más importante que hayamos vivido en mucho tiempo de acontecimientos signitificativos.

16 respuestas

  1. No estoy tan seguro, querido Fernando, de que lo que afirmas sobre 2012 vaya a producirse.
    Saludos,

    Diego

  2. Avatar de Para Fernando Jáuregui
    Para Fernando Jáuregui

    Señor Jáuregui, quisiera hacerle un comentario respecto al artículo que escribió usted hace poco con un título que se preguntaba si Zapatero está «depre». En él hace usted una serie de consideraciones que no son más que puras conjeturas, porque nadie, absolutamente nadie más que él, sabe lo que pasa por su cabeza. Desde luego, si está pensando en realizar un cambio de gobierno, a usted no se lo va a decir, desde luego. Y si está pensando en no presentarse en 2012, tampoco se lo va a decir a usted. Esas cosas se piensan, pero se anuncian en el momento que él escoja, no cuando quiera usted. También debo decirle que a usted le puede la ansiedad de que su querido Rajoy gane las próximas generales. Esté tranquilo, tómese una tila y piense que Zapatero planteará en su momento cuál es la mejor baza para ganar las próximas elecciones. Y tenga claro que, si esa baza pasa por que él no vuelva a presentarse, se presentará otro candidato más potente contra el que Rajoy poco podrá hacer. Le advierto que esto puede ocurrir, así que cálmese.

  3. Yo también creo que Rajoy va a apoyar con la boca pequeña.

    El punto del no, y la puerta abierta se la va a dejar la CEOE diciendo que la reforma es insufciente ( mientras se aguanta la sonrisa).

    Estoy con usted en que va a ser complicado que Zapatero repita como candidato. Aún así, creo que eso queda muy lejos.

    Vamos a ver como evoluciona todo, porque creo que habrá nuevos recortes y bastantes más elementos de tensión en lo que queda de legislatura. También va a ser importante como evoluciona Europa y las protestas ciudadanas.

    Muchas incógnitas, seguimos teniendo por delante una posible crisis de gobierno, una banca por reformar y por controlar, 4,6 millones de parados, y lo peor, pocas perspectivas de crear empleo. Otra cosa no vamos a tener, pero temas de los que escribir, creo que sí.

  4. Veo un futuro con un Zapatero pirómano, obsesionado con parecer de izquierdas mientras hace una política económica de derechas, neoliberal o neocon (y todos los medios trasmiten la idea de que no se puede hacer otra, así que la pasta, los barcos y el avión privado del Pocero ni tocarlos, será cosa del pensamiento único) continuará fabricándose una máscara de progre muy gauche divine a base de crear problemas donde no los había. Todo el consenso laboriosa, y a veces dolorosamente pactado en la Gran Transición a tomar vientos. El pirómano aceptará lo que venga de Cataluña, sea o no constitucional, reformará más el aborto (y nadie se lo había pedido) creará más ministerios inútiles, pero como muy progres, reabrirá más las heridas de la Guerra Civil. Cuanto más de derechas sea la política económica más aspavientos con la máscara de progre. Pues eso, darle a un pirómano una lata de gasolina y una caja de cerillas y el resultado no será tan caro y desastroso. Veo la Bestia, el Apocalípsis y las niñas góticas en la Casa Blanca, auuuuuuuuu….

  5. Nostiadamus: vuelve a tomar la medicación que te recetaron. Dejarás de ver señales del Apocalipsis en las subvenciones oficiales para financiar talleres de masturbación (Junta de Extremadura), más subvenciones para cartografiar el clítoris (Bibiana Aído, Ministerio de Igualdad), el peinado de Anasagasti (no ha sido reivindicado) y otras que te resultan tan perturbadoras como significativas.

  6. Ah! Don Fernando. Quizás tengamos que hacer un poco de «introspección». Y pensar que los que gobiernan el mundo n pasa por el PP O EL PSOE….porque igual ya lo decidieron los del Cub de los «poetas vivos», los del Bilderberg…, quien sabe… Un abrazo don Fernando.

    Club Bilderberg, encuentro anual de “colegas”.
    Sitges, es población de alegres carnavales una vez al año y de hedonistas placeres de la carne en las cálidas noches de verano. Hace poco, se reunieron en esta población del litoral catalán los del Club Bilderberg. Eso sí, un poco apartados de la conocidísima calle del “pecado”, que es bulevar de placer y de dejarse ver y mirar más que de esconderse. Estos, son los que cortan la tarta de nuestras futuras ilusiones más deseadas o los temores de nuestro incierto mañana, y son muy discretos y misteriosos, donde los ingredientes más importantes para ellos son el poder y el sonido y crujido a metal del dinero. Los del Bilderberg, estuvieron por allí haciendo su propia alquimia, de su propia levadura que fermenta las escayolas del molde de la riqueza mundial. Donde, el ingrediente más importante y que dicta el acento, es la opulencia y copiosidad con la que se muestran. De adorno y gala para los ricos y de sombras desaliñadas para los pobres.
    En principio, esto de el Club Bilderberg es como una asociación secreta de prodigiosas mentes, que se ve, que piensan y discurren que es un portento de adivinancia y profecías de futuro y discutible porvenir. Se elevan con la imagen en que se ven, y gozan con un falso deleite de lo que probablemente no es. Sembrando semillas de donde germinará un venidero futuro hecho a escuadra y cartabón, labrando nuestra verdad más venidera a corto plazo y marcando ellos el camino. Un sólo y único camino, que es paraíso de unos cuantos y privilegio de otros pocos. Y de los que van de invitados, la mar de contentos y embriagados, de revolcarse en el charco al que son convocados por rigurosa invitación. Los del Club Bilderberg presumen de tener el alma de pulido y reluciente oro. Asociación ésta de arcanos misterios, místicos y científicos a la vez. Algo secreto y muy selectivo, de unos pocos elegidos que creen que pueden detener el tiempo para iluminarnos con su luz, que desde fuera, tira más a umbría y tiniebla de oscura gruta de eclipse turbador, que a deslumbrante oráculo y predicción de profecía de arreglar este desorientado mundo.
    Pero los que somos del pueblo llano y trabajamos, -más por necesidad que por costumbre-, no tenemos ese privilegio de reunirnos en alojamientos faraónicos y de lujos “saudíes”. Los mileuristas, no nos congregamos en lujosos hoteles escoltados por ángeles armados ni alambradas de fuego. A nosotros, los de paso discreto y caminar de a pie, nos vale la tasca de toda la vida. Con el mantel a cuadros, copita de anís del Mono y pincho de tortilla.
    Entre los asistentes a estas conferencias, acuden los mecenas más iluminados por la vara subjetiva del poder más tenaz e inexpugnable, que pretenden ordenar el microcosmos social, cubiertos con un sólido techo opaco de mármol que no deja pasar el sol. Muy amigos del silencio, visten trajes que lucen como túnicas invisibles de pureza ortodoxa y lujosas galas. De mudas palabras, casi calladas, casi enigmáticas. A puerta cerrada se pueden disimular mejor los errores. Porqué, la verdad envuelta en secretos, pasa con más disimulo. Una verdad cerrada como un nudo y bajo una muda elocuencia de una savia fecunda que ellos, y sólo ellos, perciben como un patrimonio de los ricos, sin mayor disimulo y sin esconderse de su pintoresca leyenda. El alma se funde como lava en el agua. El miedo y el dolor también se funden y se derriten. ¡Qué importa si después el pueblo no sabe a qué puerto se dirige navegando por ignorados rumbos sin sextante que le sirva de lazarillo que lo oriente!
    Estos del Bilderberg llevan como presente delicado el “saber estricto” en bandejas de plata. Y cada año, se reúnen una vez en su “nave nodriza”, que suele ser hotel descaradamente fastuoso, y no posada de viajantes más humildes y de modesta sencillez y sobriedad. Pensando un poco en la vanidad no les iría mal. Esto de reunirse en guarida oscura y aposentos sellados con candados de plomo, es cosa de mala educación y desprecio al pueblo trabajador que suelen ser gentes más sencillas y discretas. La mayoría, probablemente nunca estuvo en la mina de picador. Eso es verdad. Y, si no eres de la élite global ni banquero suntuoso, se ve, que no te dan conversación ni trato de afiliado. El rostro tras la máscara escondido siempre tiene algo que ocultar, y no suelen hacer públicas sus conclusiones, para que los demás no sepamos el propósito de sus quimeras y propósitos de futuro.

    En el pozo del agua estancada cada sombra tiene su cuerpo, y cada gota de agua su sabor más amargo. Desde arriba, en el torreón del castillo, se ven las cosas mucho más pequeñas, agrandando la visión integral de su descarada arrogancia adherida a su piel. ¡Que el metal es frío y el corazón caliente!, y en sus tinajas del beber sacian su sed, su vaso llenan de néctares sabrosos que es elixir de la opulencia. De sus aposentos, se asoman opacos ventanales donde no entra ni sale la luz. Pozo oculto, que nunca el agua refleja por carecer de la claror natural, de colores luminosos y brillantes.
    Los concurrentes a estas reuniones hacen promesa de discretos, y el rostro tras la máscara siempre escondido tampoco es que de mucha confianza. Aunque en contrapartida, muy secretos tampoco son, porque salen en todos los medios anunciando la dieta del conocimiento. Dando una imagen de muy suyos y guardianes de sus misterios.

    Algunos, con mala intención, les llaman “grupo de “frikis eruditos y con dinero”. ¡Que cosas! El año que viene que vayan la Esteban y la Patiño como ilustres invitadas- Más que nada, para dar salsa y desconcierto, y para avivar el fuego de esta inflamable hoguera de tanta sabiduría encerrada y hermética.
    En un mundo en donde ellos sueñan despiertos, donde la piedra del oro y la riqueza es la respuesta remota del futuro. Como una flor helada, muda y sigilosa que no aromatiza a nada, que es insípida y muerta de esencia. Triste cárcel puede ser el excesivo poder. Pues la soledad más aislada suele ser patrimonio para los escritores o los desgraciados. Igual, estos del Bilderberg solo son espectros que duermen de día, almas que vagan en la noche con sus misterios como excusa. Como el demonio, que anda a la caza de almas perdidas cuando cae el ocaso a la hora del crepúsculo. Carentes de soluciones viables, y más enigmáticas que prácticas y efectivas, murmuran entre ellos. Menos pragmatismo sería como un rayo de luz en sus sigilosos y misteriosos rostros.
    “Don callado” es la discreción, y “Don Dinero”, su doctrina más hermética. Con su propia orden de caballería: “que calladitos están más guapos”, tienen prohibido hablar con la prensa. Es la roca que se construyen ellos mismos, y que se elevan con la imagen que contemplan y gozan con una sabiduría que igual no es, o no acaba de ser. Pues ya Platón, en sus Jardines de Academos, no era tan escrupuloso ni tan desconfiado, y todos podían decir la suya y compartirlo luego con quien más quisiesen, que tampoco pasaba nada. Es lo que tenía la magia y la bondad de aquellos pensadores del romanticismo Griego.
    Aunque nada sepamos del destino, ni seamos solventes en profecías clarividentes, nuestra esperanza puede que sea una enferma, pero sabe mi esencia, que ingenuamente se vive mejor y más años, que rodeado de suntuosos metales y espejos de reflejos narcisistas. Quien quiera al hombre falto de dinero que mire hacia el pueblo, que se suele conformar dándole aliento y un poco de cariño. Como le pidió en la canción Jonnny Guitar a Joan Crawford: “Dime que me quieres aunque sea mentira, pero no me hagas que piense que todo eso que sientes es todo cierto”.
    La sabiduría debería ser algo más universal, algo que se tendría que compartir y distribuir sin tantas excusas para el gran negocio de salvar el alma universal. Pues ya decía Epicuro de Samos: “Una vida libre no puede conseguir muchas riquezas, porque esto no es fácil de hacer sin dar cabida al servilismo de la turba o de los poderosos”.
    A un banquete se sientan los tiranos y la sed sacian con vaso de sobremesa, y no, en taza sobria que hierve y quema viva la garganta de cristal que cuelga del hilo del que más necesita. Se puede matar a un pobre fácilmente, solo es cuestión de acertarle. La codicia es como el horizonte, que no acaba nunca y no tiene ni principio ni fin. Probablemente, en estas reuniones no se esmalte la piedra, sólo se le pulan sus cantos.
    Sergio Farras, escritor tremendista.

  7. A «para Fernando Jáuregui».

    Sí, estoy inquieto –como la mayoría de los españoles, supongo– porque quiero una pol´ñitica acertada para mi país. Porque veo que el hombre que encarnaba el cambio está abrasado –no solamente por su culpa, desde luego–. Y porque me parece que el cambio, ese Rajoy al que usted dice que estoy deseando ver en el poder, es un cambito, un cambio chiquitín que no es lo que necesitamos.
    Estoy demasiado currado en mi profesión de mirón como para sentir entusiasmo ante cualquier opción política. Pero no he alcanzado el suficiente grado de escepticimso como para que no me importe lo que ocurre a mi alrededor, como para no desasosegarme ante el espectáculo de ineficacia –con la mejor voluntad, seguro que sí– que se nos ofrece cada día.
    No sé si Zapatero cambiará el Gobierno, si anticipará elecciones, si decidirá no presentarse de nuevo…Como usted dice, a él le compete. A mí, mirón y comentarista de lo que veo, me toca solamente decir en voz alta, aferrándome a lo que veo y a lo que supongo que discurre, lo que pienso que sería mejor para este país nuestro, al que sigo queriendo como siempre, pese a las decepciones.

  8. Una de las peores cosas de nuestro país es que tomamos las opiniones diversas a las nuestras como ataques contra nosotros. Somos pésimos admitiendo la libertad de expresión y opinión y en seguida nos encarnizamos en batalla cuando alguien opina distinto que nosotros.

    PFJ lo demuestra en su tono admonitorio y en su mensaje enojado. Yo no soy partidario del Sr. Rajoy, lo he dicho aquí otras veces, ni le votaría jamás -a él como candidato, no necesariamente a su partido- porque es holgazán, nada brillante y está muy mal preparado. Independientemente de eso, creo que en este momento es el político, junto con el Sr. Zapatero, con más probabilidades de formar gobierno. Afirmar esto no es estar a favor del bobo ni en contra del ineficaz, es solo enfatizar la incompetencia de nuestros políticos y la mediocridad de nuestro sistema, hecho a la medida de tales personas.

    Lo triste, lo que me parece más que triste, es pensar que a lo mejor es verdad que cada sociedad tiene los gobernantes (y el sistema) que se merece.

    P.S.: Un amigo conspiranoico me hace reír con una ocurrencia: «¿Te has fijado», me dice, «que tras la reunión en Sitges de los Builderberg Londres, París y Berlín han anunciado sus recortes y planes de ahorro para los próximos 3 años y que en todos los planes aparece el abaratamiento del despido como uno de los termas ineludibles?». Después de leer en la prensa los planes de ajuste de cada país, no sé si reírme o si, definitivamente, emigrar a Canadá o a Estados Unidos.

  9. Avatar de Para Fernando Jáuregui
    Para Fernando Jáuregui

    Señor Jáuregui, no tengo por qué dudar de su sinceridad cuando afirma ser bastante escéptico, pero sólo le pido que, si ése es realmente su pensamiento, lo deje claro en sus artículos de opinión, y lo haga siempre. Sin intención de pasarme siete pueblos, quiero decirle que a veces da la sensación de que usted es un forofo irreductible del bando político de la derecha. No se deje contaminar por las tertulias a las que va. Un saludo.

  10. Me parece bastante hipócrita, por no utilizar otro adjetivo más fuerte, que venga aquí Fernando Jáuregui a decir que está preocupado por la situación de este país cuando él trabaja poco, cobra bien y está todo el día de paseo por las tertulias, como casi toda la casta de periodistas políticos de este país, con honrosas excepciones. O sea, como los que trabajan en la mina o en el andamio, vamos. Y eso, los que tienen la suerte de poder trabajar ahora. ¿Qué pensarán de lo que dice Jáuregui los 4.600.000 parados que hay ahora en España? Otra cosa distinta es que usted tenga algún familiar en paro, en cuyo caso entendería perfectamente sus palabras, pero, desde luego, en lo que le atañe a usted, ya quisieran muchos pegarse la vida padre de trabajar poco (porque usted no es que se hernie), comer bien, buena nómina y seguir defendiendo sus intereses corporativistas. ¡Qué cara más dura!

  11. Avatar de Para Jáuregui
    Para Jáuregui

    No comparto el tono airado que ha utilizado el comentarista anterior, pero sí creo que el oficio de un periodista que se precie no debe limitarse a ir al Congreso y al Senado a escuchar chismorreos y luego contarlos aquí, que es lo que Fernando Jáuregui hace básicamente en la sección Exclusivo de este periódico. En mi opinión, eso no es periodismo. A mí me parece admirable el extenso reportaje que ha realizado el ex subdirector del Washington Post Phil Bennett sobre la crisis económica en España, que el domingo salió publicado en El País. Reportajes como ése tienen mucho mérito porque se ve que el periodista se ha esforzado, y se nota que detrás hay todo un trabajo de documentación, investigación y entrevistas a bastantes personas. Este tipo de periodismo, que tiene parte de periodismo político, en España no se ve, o se ve con cuentagotas, porque apenas existe. No quiero personalizar estas carencias en Fernando Jáuregui, pero sí quiero decir que me resulta mucho más interesante y más meritorio el trabajo de Phil Bennett que lo que le cuentan a Jáuregui en sus visitas parlamentarias.

  12. A Roberto, a ‘Para Jáuregui’:

    Uno no va exclusivamente al Congreso (al Senado casi nunca, por cierto) para enterarse de las cosas. En realidad, y perdón por la autocita (he sido extracriticado, por eso lo hago), trabajo unas catorce horas diarias, la mayor parte de las cuales intentadndo recoger información y estar al día (a las tertulias no puedes sir sin tener ni p… idea de lo que pasa). Eso pasa por ir de un lado a otro, hablar con todo el que puedas, comer con gente bastante coñazo…

    Lo del periodita americano: con perdón, he escrito un libro de 350 pags., con Manuel Angel menéndez, que es pura investigación (hace el número 22 de los que he publicado). No seamos demasiado papanatas con los diagnósticos de un periodista americano porque sea un ‘top’ del Washington Post o de donde sea: he leído su trabajo y adolece de faltas de información notables, y de subjetivismos más notables aún. Lo que no hace que deje de ser interesante leer lo que dice (algunos tópicos, por cierto) el tal Bennett; pero pongámosle sordina y no volvamos a los tiempos en los que lo único que importaba era lo que decía Le Monde.

  13. Avatar de Para Jáuregui
    Para Jáuregui

    Señor Jáuregui, no se lo tome a mal, pero lo que quería decir con mi comentario anterior es que su trabajo no es precisamente estresante, ni requiere un gran esfuerzo físico, ni tiene que cumplir unos números ni unos «puntos» al llegar el final de mes. Ya me gustaría a mi tener un trabajo que consistiera en estar mucho tiempo sentado, leer periódicos, hablar con sus amistades y comer en buenos restaurantes. Lo que usted hace es casi como estar de vacaciones, se lo digo como lo pienso. Y es evidente que una persona como usted, que tiene la suerte de tener un trabajo de esas características, no puede sentir ni por el forro la misma angustia ni la misma preocupación por su país que alguien que está en paro o que tiene unas condiciones de trabajo lamentables. Un saludo.

  14. A ‘Para Jáuregui’

    Obviamente, no tiene usted idea de cómo es el trabajo de un periodista en mis circunstancias. No le voy a decir que esté peor que nadie, pero sí que llego a casa absolutamente extenuado y muy lejos de haber estado ‘de vacaciones’. Y sí, claro que tengo familiares en paro y trabajadores que dependen de mí que de ninguna manera puedo consentir que caigan en el paro. En fin, supongo que todos vemos el color y el vacío de la botella en enfrente de manera diferente a la nuestra, seguramente porque la nuestra la conocemos mejor…
    No me quiero hacer el mártir ni el desgraciado; si no pudiese soportar la presión que me agobia cada día, trataría de elegir algo más suave. Aunque ahora, con veinte personas dependiendo de mí, eso (una jubulación anticipada, por ejemplo) sería impensable.
    Saludos

  15. Otro de nuestros vicios patrios: decirle a todos los demás cómo deben hacer su trabajo cuando generalmente no somos capaces de hacer el nuestro con eso que los anglosajones llaman profesionalidad y en la universidad denominan excelencia.

    Juzgamos a la ligera a cuantos caen bajo nuestra mirada: si alguien es rico inmediatamente concluimos que no lo ha conseguido lícitamente, si un actor o actriz tiene un éxito rápido será porque se acuesta con alguien, si un periodista aparece en televisión, se le oye en la radio, se le lee en la prensa, escribe un libro y/o tiene un blog, resulta que es porque tiene mucho tiempo libre, come en restaurantes de lujo y demás sandeces. Encima dictaminamos la carga de estrés de cada trabajo, cuando la más elemental noción de estrés advierte que uno de sus componentes básicos es la actitud del individuo frente a la tarea que debe ejecutar, además de la carga del propio trabajo. (Evidentemente no es lo mismo ser bombero que guarda del Retiro ni esto último que fregaplatos en un restaurante).
    ¿Dices que querrías ser periodista? Pues selo. ¿Qué te lo impide? Si es un título universitario, ponte a estudiar; si son contactos u oportunidades, acércate a los «cenáculos» periodísticos; en definitiva, cúrratelo.
    Por otra parte, Fernando, cometes dos errores de diversa magnitud: el primero y más grave, entrar al trapo. El segundo, minusvalorar a un colega como Phil Bennett, un tipo con un currículo estupendo y con algunas ideas con las que seguro estarás de acuerdo. Si puedes, échale un vistazo a esto: http://www.fnpi.org/fileadmin/documentos/Actividades_2009/Debate_Bennett_y_Fogel_diciembre_2009/Phil_Bennet_Ponencia_.pdf

    saludos a tod@s

  16. Avatar de Para pascuamejia y Jáuregui
    Para pascuamejia y Jáuregui

    pascuamejia y Fernando, el otro día decía Fernando González Urbaneja que la situación de la profesión períodística en España no puede ser peor, y no le falta razón. Hablaba de la precariedad laboral y, lo que me llamó más la atención en boca de un periodista, el reconocimiento de la extrema politización y el desprestigio de los periodistas. Yo entiendo perfectamente que algún internauta se queje aquí de que algunos periodistas trabajan poco y cobran bien (lo de los restaurantes dependerá de cada periodista). A lo mejor eso cuesta mucho más verlo desde dentro de la profesión, pero el caso es que yo de lo que me doy cuenta es de hay un montón de periodistas (no es el caso de Fernando Jáuregui, afortunadamente) que viven de ir a las tertulias, y no hacen nada más. O, por lo menos, nada más que se sepa. Hay una periodista, no me acuerdo cómo se llama, que hace años presentaba un telediario en TVE y que ahora tiene como única ocupación conocida ir a dos tertulias: las de Intereconomía y la de Curry Valenzuela. Esta señora, con todos los respetos, vive de las tertulias y tiene la cara como el cemento. Mientras algunos periodistas no dejen de dar esa imagen de trabajar poco y cobrar bien, el desprestigio de esta profesión continuará.

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