De Colón a Alcorcón, pasando por Sevilla (2)



(La manifestación de este domingo, un acto difícil para Casado: creo que entre Rosa Díez, María San Gil y Savater le han puesto en un aprieto)
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Si Pablo Iglesias, con su marcha de la política, devolvió el sueño a Pedro Sánchez, la sucesora del ex vicepresidente al frente de Unidas Podemos, Ione Belarra, podría convertirse en una nueva pesadilla para el inquilino de La Moncloa. Apenas tres días antes de ser entronizada, este domingo en Alcorcón, nueva secretaria general de Unidas Podemos, la ministra de Derechos Sociales hacía dar un brinco a los portavoces oficiales del PSOE y del Gobierno manifestándose abiertamente partidaria del regreso a España de Carles Puigdemont, libre y sin cargos, porque esta sería una consecuencia lógica de la política de indultos a los implicados en el ‘procés’ independentista catalán. Los ministros Montero (María Jesús, naturalmente) y Abalos salieron de inmediato a desmentir las ‘precipitadas’ declaraciones de Belarra: cuando Puigdemont venga, si viene, será puesto en manos de la Justicia. Algo tarde, quizá: el mal estaba hecho.

La IV Asamblea de Vistalegre se celebrará este domingo, en realidad, en la localidad de Alcorcón y será el primer hito ‘post Pablo Iglesias’ en una Unidas Podemos que no hace sino perder influencia e intención de voto, pero que aún representa los anhelos de unos tres millones de personas. Belarra, al frente del partido, apoyada en todo por la compañera sentimental de Iglesias y ministra de Igualdad, Montero (Irene, desde luego), no está prevista, sin embargo, como la candidata de los ‘morados’ en las próximas, o no tan próximas, elecciones generales: será la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, bien situada en las encuestas, pero no militante de manera oficial en Unidas Podemos, quien se enfrente a Pedro Sánchez en esos momentos.

Pero, hasta entonces, Díaz, que por cierto parece que no acudirá en persona a Alcorcón, juega bien en el Gobierno sus bazas de dialogante, poco estridente, eficaz gestora, elegante en sus reacciones y escasamente protagonista. Justo lo contrario que Pablo Iglesias, que fue quien diseñó el extraño reparto de papeles entre Ione Belarra y ella. A saber cómo resultará, andando el tiempo, esa convivencia entre la responsable del partido y la candidata: las diferencias entre una y otra son demasiadas. A favor de Díaz, desde luego, pienso.

Por lo demás, la dualidad en casi todo en el seno del Gobierno se mantiene casi como en tiempos de Iglesias, pero de manera menos chirriante: las tarifas de la luz son el último de una multitud de ejemplos de discrepancia, y pronto lo será otro tema más, los ‘planes atlantistas’ de Pedro Sánchez, encantado con la ‘photo opportunity’ que le brinda una reunión de la OTAN este lunes, en la que ¡al fin! se sentará junto al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

De momento, la consigna es no permitir que Unidas Podemos toque bola en la política exterior, que comienza a diseñarse más desde el Gabinete de La Moncloa que incluso en el Ministerio de Exteriores. Tampoco creo que a la ministra Belarra, la más flamante incorporación al Gobierno Sánchez, le den mucho papel en otras cuestiones clave, desde la economía hasta la futura Mesa negociadora con el Govern catalán. Simplemente, la ministra de Derechos Sociales y ex secretaria de Estado para la agenda 2030 –donde no hizo nada, que se sepa–, está considerada como una ‘figura menor’, aseguran, por los máximos responsables de La Moncloa.

Pero Ione Belarra recibió de su antecesor, que tampoco acudirá, dicen, a Vistalegre IV, la consigna de ser la voz crítica, desde la izquierda, de los planes de su propio Gobierno. Y a ello se aplicará, aunque ni de lejos tenga el peso específico de Pablo Iglesias (ni el de Yolanda Díaz, dicho sea de paso). Pero solo alzando el puño en defensa de las recetas más clásicas de la izquierda mantendrá Unidas Podemos algo de la clientela de ‘indignados’ que comenzó a cosechar hace siete años y se desmarcará del auge de la formación errejonista Más País, con la que acabará, preveo, confluyendo.

Por todo eso, lo que ocurra este domingo en Alcorcón, lo mismo que las elecciones primarias del PSOE en Andalucía y la propia manifestación de la derecha en Colón, tendrá previsiblemente repercusiones en la marcha de la gobernación del país. Así que hay que insistir de nuevo, y lo repetiré mañana hablando de ‘lo de Colón’, en que hay que estar muy atentos a los diversos acontecimientos políticos de este domingo. Algunas cosas habrán cambiado, quizá, el lunes.

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