De mi diario: el disgusto de hoy

Me gusta rendir cuentas a mis interlocutores en este blog. Es mi manera de asegurar a los demás, y a mí mismo, que puedos eguir presumiendo de independencia a la hora de la crítica a lo que pasa. Por eso, en esta especie de diario que me traigo, tengo que contarles el disgusto de hoy, cuando ni monbre ha aparecido en El Economista como accionsta de una empresa, Story Board, con la que encuentro relacionado el nombre de Carlos Arenillas, hoy tan famoso pero a quien no conozco personalmente y de cuya trayectoria me he ido enterando según se iban publicando cosas sobre él.

Mi divisa ha sido siempre dar la cara. Temo, sobre todo, a lo que no se puede explicar, porque lo que no está claro suele ser oscuro. Por eso, estas explicaciones que hoy mismo he enviado al director de El Economista. Perdón por la autocita, hoy pienso que necesaria.

En fin, esta es la carta, y siento de nuevo esta excusrisón al intimismo:

Sr.D.Amador G.Ayora

Director de EL ECONOMISTA Madrid, 17 de mayo

Estimado director:

Te envío estas líneas acogiéndome exclusivamente a tu hospitalidad, y en relación con una información que El ECONOMISTA publicaba ayer bajo el título “El Gobierno dio ayudas públicas a una empresa del vicepresidente de
la CNMV”, Story Board, en cuya lista de accionistas aparezco con un total de 500 acciones -500.000 de las antiguas pesetas; es decir, 3.000 euros-. A la vista del ruido existente en torno a la persona de Carlos Arenillas, y teniendo en cuenta mi posición como periodista sobre cuanto ocurra en
la CNMV, me gustaría hacer algunas precisiones que atañen exclusivamente a mi ámbito personal en relación con esta empresa.

-Hace casi veinte años, suscribí acciones por valor de quinientas mil pesetas para facilitar el nacimiento de Story Board, animada por mis amigos Jorge Martínez Reverte y el ya desgraciadamente fallecido Mario Onaindía, entre otras personas cuya honorabilidad y profesionalidad me constaba y me consta. Me pareció una aventura informativa audiovisual interesante en un campo que yo desconocía, y en el que confiaba plenamente en los promotores de la iniciativa. Fue mi única y última transacción económica con esa empresa, de la que nunca he obtenido beneficios, como los gestores de Story Board pueden acreditar, ni como accionista ni, por supuesto, bajo ningún otro concepto.

-Otros compromisos laborales me llevaron a desvincularme desde el comienzo de la marcha de Story Board, con la que, por esta causa, no he tenido otra relación que esta condición de mínimo accionista. Confiaba, a este respecto, y confío plenamente en la gestión que sus pasados y actuales responsables puedan realizar.

-Ignoro si el señor Arenillas, a quien no tengo el gusto de conocer, recibió ayudas públicas directa o indirectamente, o en qué momento dimitió del Consejo de la empresa o cuándo debería hacerlo, cuestión de la que no tuve noticia alguna, básicamente porque no me ocupé en la marcha de la productora. Pero tengo la sensación de que ahora todo cuanto el señor Arenillas, persona sobre la que me siento incapaz de emitir un juicio lo suficientemente informado al margen de cuanto se ha publicado, haya tocado en su vida se va a presentar como contaminado.

No me parece que ése sea el caso de Story Board, hasta donde me es dado saber y por los datos que he recogido, sobre todo en las últimas horas, al margen de la ya citada y acreditada honorabilidad de sus responsables. Pero, naturalmente, ver ni nombre bajo los titulares antes citados me alarma, como me alarma ver la utilización –nada que ver con EL ECONOMISTA, desde luego—que algún medio especialmente hostil, pienso, ha hecho en mi caso de una información, la de este periódico, sobre la que particularmente no tengo nada que decir, aunque personas más informadas que yo puedan hallar, me comentan, algunas puntualizaciones más globales.

En todo caso, y como reflexión personal que ruego se me consienta, menuda ‘inversión’ hice en aquellos años ilusionados por conocer un nuevo campo de acción en la comunicación…

Si pido que El ECONOMISTA publique esta carta es precisamente para evitar que pueda proseguir una utilización malintencionada o ignorante por terceras partes. Y porque mi patrimonio es poder seguir presumiendo de independencia para poder expresar mis opiniones sin que nadie me pueda considerar parte interesada. Muchas gracias por la amable acogida que me dispensáis.

Un cordial saludo,

Fernando Jáuregui

8 respuestas

  1. Ýo no me había enterado, y como yo, mucha gente, imagino. Podrías haber callado el incómodo asunto o haber dado la cara. Quien lo hace es porque nada tiene que ocultar, cosa de la que siempre estaré segura y que además resulta evidente. Enhorabuena y siento que te tengas que ver forzosamente albergado por los titulares de Arenillas. Sigue siendo así

  2. Vamos a la raiz del tema, Fernando: por lo que parece tu eres accionista de una empresa que se ha visto beneficiada desde la llegada al poder del PSOE. Lo demas son bobadas. Por cierto, si eres accionista debes preocuparte algo mas de tus intereses. Por ultimo, no es tan interesante lo que invertiste hace 20 años sino lo que puede valer ahora, no digo que eso pueda afectar a tus opiniones, pero no nos hagas trampas que no somos tan tontos.

    Por cierto, siempre me ha resultado curioso la frialdad de como has tratado el tema de la CNMV…

  3. Segun tengo entendido Story Board es una sociedad limitada,por tanto, no podemos hablar de acciones y la responsabilidad de los socios se limita al capital aportado.
    Antes de proceder al reparto de beneficios es requisito legal aplicar a la Reserva Legal el equivalente al 10% del beneficio, al menos hasta que dicha Reserva alcance el 20% del capital social. Solo se pueden repartir dividendos con cargo a beneficios si el valor del patrimonio neto contable no es, a consecuencia del reparto, inferior al capital social.
    Asi que si dicen que estan en perdidas, no creo que nuestro amigo Fernando se haya beneficiado mucho de esa «ayuda» del gobierno a dicha productora.
    Un saludo.

  4. Los hechos quedan suficientemente expuestos, me parece, en la nota que envié a El Economista. Nunca será suficiente para quien yo me sé, pero, en parte, he colgado este post en mi blog para que él, pobre odiador, disfrute pontificando sobre cosas acerca de las que, obviamente, no entiende. A mí hasta me divierten según qué ataques, porque es en el ataque donde el agresor queda definido, no en la defensa. No basta solamente con tirar piedras y esconder la mano en el anonimato: hay que documentarse algo, procurar no falsear la verdad y no tener ánimo de difamar.
    Bueno, a los hechos: la verdad es que yo desconozco los presuntos malos pasos de Arenillas. No me quiero unir al coro de los que piden su muerte civil, porque es fácil hacer leña del árbol caído, pero no sé si siempre es justo.
    Cierto que estéticamente hay cosas que están resultando impresentables. Y cierto que me preocupa bastante un posible renacer de la ‘beutiful’, como aquella que empezó a hacer que el ‘espíritu del 82’ se pudriese. Espero, en todo caso, explicaciones más completas del propio Arenillas –su silencio, desde luego, no me gusta nada–. Pero como todo lo que haya que achacarle en cuanto a ganancias bien o mal habidas sea lo de Story Board…

  5. Mira Fernando, no me vengas con historias, tu eres accionista de una empresa y no conoces a la gente que se sienta en el consejo? No me fastidies, tio. Ademas lo que dice El Economista es «“El Gobierno dio ayudas públicas a una empresa del vicepresidente de
    la CNMV”. Si quieres metete con El Economista, no conmigo.

    Arenillas no es un muerto civil y nadie quiere matarlo. Se la acusa de montar un circulo de intereses y, de momento, no es ningun caido, desgraciadamente.

    Y yo no odio a nadie, Fernando, a nadie, eres tu quien tienes que hacertelo mirar..

  6. Avatar de José A. López
    José A. López

    Dice Fernando Jaúregui: «la verdad es que yo desconozco los presuntos malos pasos de Arenillas.»

    Pues eso es lo sorprendente: ¿uno de los periodistas supuestamente mejor informados de la política española no sabe nada, nada, nada del asunto Sebastián/Arenillas/CNMV??? ¿Y en consecuencia no puede hacer ni un sólo comentario fundado sobre el tema??? Pues qué raro, ¿no?

    Y conste que sobre el asunto de Story Board la expliación del Sr. Jaúregui en principio me parece convincente.

    Pero coincido con «Guillermo» (no tengo ni idea de quién es; parece que el Sr. Jaúregui sí): «siempre me ha resultado curioso la frialdad de como has tratado el tema de la CNMV…»

  7. Joé, Guillermo, ni pajolera idea de quién eres o qué defiendes, pero, chico, qué tensión, qué estrés, anda, relájate un poquito…. Parece que tuvieras úlceras múltiples.
    No me acuses de nefandos pecados: no soy del PP ni del PSOE, ni soy accionista de la cosa esta de la que estamos hablando…, esto… como se llame…
    Y juro que yo, salvo en Iberia (que de momento no es sospechosa) y en el Santander… no tengo acciones. Vivo, genialmente, de mi trabajo de funcionario…. Ni estoy tenso, ni nervioso, ni sufro estrés, ni padezco úlcera, ni na de na.
    Hala, salud.

  8. Me sorprende lo de la ‘frialdad’ con que dicen algunos que he tratado el asunto de la CNMV. ¿En los arttículos, en los comentarios en la radio? ¿En las informaciones que hemos dado en diariocritico? Por lo que sé, uno de esos artículos, que se titulaba algo así como «de aquellas Arenillas vienen estos lodos», enfureció tanto al susodicho que nunca he conseguido que se me ponga al teléfono para conocer sus opiniones.
    Pero nunca he querido cargar gratuítamente contra nadie –defenderlo tampoco: simplemente, me faltan bastantes datos– ni me parece bien unirse al coro, siempre tan agradable, de quienes hacen leña del árbol caído. Sí critico las actitudes impresentables, y la de Arenillas no dando la cara lo es, como lo es la de Maite Costa o lo fue la de Montilla ¿o ahí también estuve frío?
    En fin…pasemos a otra cosa

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