De Nuria Romeral y otros amigos

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Pero ¿por qué no le echan un par y salen al balcón de La Moncloa anunciando, gane quien gane las elecciones, un acuerdo generoso? A ellos quizá no les convenga, pero, como dice nada menos que el presidente del Congreso, Bono, a España sí. Y que se dejen de tonterías sobre adelantar más las elecciones.
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Leo que el nuevo presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, ha comenzado la labor de sustitución de los altos cargos más afines a su predecesor, Camps. Conozco y respeto a algunos de ellos, como por ejemplo a Nutria Romeral, que tanto sufrió el impuesto autoaislamiento de Camps. Y, sin embargo, entiendo que cada responsable ha de tener su propio equipo de confianza: el baile de asesores, directores de comunicación y jefes de Gabinete es inevitable cuando se produce un relevo en la cúpula. Y más ahora que lo que toca es predicar austeridad y, según parece, se va a acabar (¿seguro de será así?) el espectáculo del jefe, o jefecillo, que acude a las convocatorias acompañado de su jefe de gabinete, guardaespaldas, chofer y jefe de prensa, además de por algún asesor especial. Puede que se incremente por esta vía ligeramente la nómina de parados, aunque siempre hay una recolocación para el verdaderamente adicto, que resulta un elemento indispensable para el ego del político. Servir al Poder, con mayúscula, no siempre es del todo ingrato: peor es el paro, o el despido sin casi indemnización en la empresa privada.

Estos usos y costumbres son connaturales a nuestra clase política, que se resiste a enterarse de que verdaderamente estamos entrando en una era diferente, en la que ya no cabrá apelar al peligro del terrorismo etarra para viajar en autobús; más peligro representaría para algunos, me parece, el cabreo generalizado de una ciudadanía que, simplemente, ha dejado de creer en sus representantes y, por supuesto, ha dejado de respetarlos.

Me da por pensar que la única justificación para que no se dé un pacto generoso y de altos vuelos entre los líderes de los principales partidos españoles sigue siendo esta idiosincrasia de nuestra clase política. Cuyos máximos dirigentes hablan de las bondades de un acuerdo, mientras los portavoces por ellos elegidos sacuden de manera inmisericorde al contrario. Pongamos, por ejemplo, los casos de Zapatero y Rajoy, que, aseguran, se entienden bien en sus conversaciones telefónicas, mientras lanzan a los micrófonos públicos a ‘duros’ como Elena Valenciano o Esteban González Pons, dos personajes por los que confieso sentir especial afecto, pero cuya desafortunada e insultante actuación no creo que les convenza ni a ellos mismos.

Y así andamos: con el susto de la prima de riesgo –ya incorporada a la chistografía nacional—en la garganta, mientras ‘ellos’, esos señores que a veces parecen estar en Marte, se sacuden de lo lindo a cuenta de cualquier bobada. Les pedimos que pacten y se dan, por debajo de la mesa camilla, de patadas. O nos distraen con nuevos, absurdos e imposibles límites de velocidad, se supone que por aquello de animar a la deprimida industria automovilística. Tenemos la sensación –puede que falsa, ojo, pero, en todo caso, es nuestra sensación y hay que respetarla—de que nos hundimos, y ‘ellos’ andan haciéndose aguadillas en la procelosa piscina nacional. Hacía tiempo que no vivía –hoy desde la distancia, lo reconozco—un verano tan caótico, tan incapaz, tan irresponsable, tan angustioso, como este.

Y, por favor, no cometamos el error de culpar solamente a este o aquel de lo que está pasando o, mejor, de lo que no está pasando; basta de simplificaciones que culpan de todo a la por otro lado evidente falta de capacidad de Zapatero, o que presentan a Rajoy como un indolente que se niega a colaborar. Creo que tanto Zapatero como Rajoy sobresalen, hoy por hoy, algo de la media de sus equipos, aunque les falta la grandeza de dar sendos puñetazos sobre sus respectivas mesas y salir juntos al balcón de La Moncloa para anunciar lo que ya les estamos exigiendo, desde el Rey al último peatón, que anuncien.

Creo que hay que ir más allá a la hora de la crítica: las culpas se difuminan y salpican a todos aquellos que, por nuestro bien, solo ansían el despacho (y el sueldo, y el poder, y el Audi) que ha dejado vacante otro. Abandonemos la España binaria, cainita, del blanco y negro, de una vez para siempre y repartamos las responsabilidades de lo que ocurre entre todos aquellos que merecen nuestra acusación. ¡Qué buenos son todos ellos fabricando indignados!

9 respuestas

  1. Hay que leer a Hermann Tertsch en el ABC de hoy. Pocos son tan valientes para ir a contracorriente. Necesitamos ver claro donde está el peligro. Y necesitamos exigir el orden público. No se puede violar las leyes que ordenan la convivencia en la calle. La calle no puede ser de nadie en exclusiva más que en manifestaciones debidamente anunciadas y permitidas. La democracia empieza por ahí para poder ser perfeccionada hasta convertirla en «real». (de Rey o de Verdadera). La Democracia exige respeto, tolerancia y concordia para poder discutir lealmente con el adversario, que no enemigo. Rubalcaba es culpable de los desórdenes de los falsos 15M. Los verdaderos 15M pacíficos tampoco se merecían que les permitiesen acampar en la Puerta del Sol,violando Rubalcaba su primer juramento de Ministro Constitucional. Que no juegue con fuego y con ácidos el alquimista RB. o P. Sus antepasados del 36 jugaron con fuego, provocaron una GC y luego continúan denigrando al que los puso en su sitio. Rubalcaba y ZP y otros deben recordar (quizás por eso se portan tan dictatorialmente y legislan por decreto ley) que sus padres fueron más franquistas fervorosos que la media de los españoles actuales. ¿Verdad, Bono, Teresa de la Vega, José Antonio Griñán? Cirus.

  2. Lo siento, Cirus. Hermann, a quien conozco bien, no es persona ecuánime. Y no por tirar la piedra más lejos de la realidad que nadie vas a tener más razón. Esos radicalismos, esas descalificaciones hacia quien no piensa como tú, no traen más que desgracias. Y lamento que sea este pweriodista el ejemplo que traigas a colación. Con dictrinarios así, apañado iba el país, y lo digo sin animadversión personal alguna, desde luego.

  3. Yo también voy a escribir sin animadversión y con sumo respeto. Con todo mi respeto, Fernando, creo que te equivocas en varias cosas. HT no intenta ir más lejos que nadie. Sencillamente analiza los hechos y dice, creo, la verdad. Yo estoy muy de acuerdo con lo que dice hoy. En cambio no me gusta nada tu manía de insistir en que quieres a todos y que respetas a todos. Faltaría más. Yo también intento respetar a todos, pero por sus hechos los conoceréis. Desde el 15M estuve con Mingote (y no contigo) cuando el genial humorista pintó un Rubalcaba asomado a la Puerta del Sol diciendo: «Indignaos, indignaos, que ya os diré yo contra quien». Rubalcaba es un presunto inocente con graves indicios de criminalidad grave en el pasado y en el presente (GAL, FAISAN, INCUMPLIMIENTO DE SU JURAMENTO O PROMESA DE CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES). Desde luego con toda su cara se ha burlado de todos los españoles que se sientan representados por el PP y por Ignacio Gil Lázaro. A mí me ha ofendido. Como me ha ofendido con su violación de leyes y sus manipulaciones «agitpro» entre el 11 y el 14 M y en su actuación en el 15 M. No me compares a la Valenciano con el Pons. Como no se puede comparar a ZP con Felipe, con Aznar o con Rajoy. No todos somos iguales y no todos merecemos el mismo respeto, aunque todos seamos presuntos inocentes. Rubalcaba no merece ser candidato. Como simpatizante de los auténticos socialistas que admiro me molesta que tenga la cara tan dura y que periodistas respetables y queridos como tú no lo denunciéis. Hay que adelantar las elecciones además de hacer el pacto que tú dices. Pero Rubalcaba quiere otros pactos (renovación del Pacto del Tinell, que es el nuevo Frente Popular).¿No aprenderemos nada de nuestra Historia, del 13 de Julio, del 17, 18 de Julio, de llevar las cosas al límite de la buena fe? La toma de las calles y el comportamiento de las autoridades de interior limitando las actuaciones de la Policía, no son de recibo. Basta ya de estupideces y contemplaciones con los antisistema. No seamos estúpidos para no acabar lamentando, como los padres consentidores, las desgracias causadas por los hijos malcriados. No creo en la buena fe de la mayioría de los socialistas que mandan actualmente ni en la buena fe de la mayoría de los actuales «indignados antisistema». Actuemos en consecuencia. Cirus.

  4. Acabo de escuchar en youtube la canción tan bonita que Victor Manuel le cantó a Franco en 1964, para celebrar los XXV Años de Paz de Franco. Por esas fechas y pocos años más tarde yo hablaba en público contra el lavado de cerebro que suponía la campaña de aquel Referéndum. Mi párroco, franquista, hombre de gran corazón, sólo me puso de penitencia ir con él a ver «Franco ese hombre» antes de ir a votar en el referéndum.
    Casualmente él ha triunfado como cantante revolucionario, proletario y comunista y es ahora millonario. Yo me secularicé, hice oposiciones y he sido 40 años maestro feliz. Sigo modestamente viviendo bien, ya jubilado. No me falta ni me sobra nada. Me siento bien. Ahora él está en las izquierdas, y yo, porque defiendo que no todo fue malo en la época de Franco (aunque yo le critiqué públicamente entonces), me veo calificado de «facha». Cosas de la vida. Cirus.

  5. Fernando, acabo de releer tu argumento contra mi escrito. sólo me descalificas «suavemente» a HT, diciendo que no es ecuánime. ¿Lo eres tú? ¿Lo soy yo? Pero no me das ni un argumento que merezca tal nombre ni contra su artículo ni contra mi escrito. Un abrazo. Cantemos juntos con Victor Manuel, que ese sí que le cantó albanzas a Franco. Cirus.

  6. A Cirus:
    Lo importante es, al menos, pretender ser ecuánime. Pretendo hacer una filosofía de vida de la tolerancia. Ni siquiera pretenderlo es lo que me parece mal: bastante irritado está ya este país para q

  7. A Cirus:
    Lo importante es, al menos, pretender ser ecuánime. Pretendo hacer una filosofía de vida de la tolerancia. Ni siquiera pretenderlo es lo que me parece mal: bastante irritado está ya este país para que algunos, desde algunos medios, vengan a crisparlo más sin aportar más soluciones que las de la mano dura…

  8. Mi querido Fernando Jáuregui: Veo que a otros les gustan mis comentarios aquí y en las columnas de opinión más que a ti. Incluso a mi mujer y a algún gran periodista como tú al que venero. Te considero mi amigo. Te agradezco que me dejes escribir aquí. Yo escribía a los 16 años en una revista que sólo llegó a publicarse a imprenta dos o tres veces. Se llamaba ECCE, era muy querida por D. Faustino Díaz, salesiano, que fue Director del Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid (hombre al que quise y admiré como a un padre) y del entonces Arzobispo de Valencia D. Marcelino Olaechea, el que le llevaba a Franco los panecillos de pan de maíz que comía el pueblo en los 40 y le contaba los chistes que el pueblo contaba de Franco. A la vejez, pasados los 70, he encontrado aquí un lugar donde plasmar sinceramente mis opiniones, que procuro escribir con honestidad intelectual, con sinceridad y sin agresividad más que contra los malos actos, no contra las personas consideradas malas por muchos. Yo procuro no juzgar a las persona; pero sí los actos. Por tanto no voy a morder la mano del que me da pan ni la pluma del que me deja escribir.
    Con todo, con el máximo respeto y cariño, he de volver a decirte: ni rebates con argumentos a HT, ni me rebates a mí. Espero y deseo que puedas hacerlo honestamente. Cirus.

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