Permitidme un desahogo. Es que llevo media mañana escuchando el programa de radio más infumable (adivine cada cual) comentario tras comentario sobre el vestido de la ministra de Cultura en la gala de los Goya. Y esto sigue a la pregunta parlamentaria que hoy pensaban presentar sobre si Zapatero, al fumar en La Moncloa, lo hace en su casa o en su lugar de trabajo. Cuando estamos ante decisiones trascendentazles, en momentos verdaderamente interesantes –al menos– para el país, manda huevos que nos deslicemos por polémicas sobre un traje de Agata Ruiz de la Prada. ¿Serán ganas de evadirnos? Personalmente, no tengo ningún deseo de evasión onírica, y menos textil. A mí, la realidad que vivimos me parece a veces complicada, sobre todo porque nos la explican mal o nos la ocultan, pero no es angustiosa, a menos, claro, que tengas ganas de angustiarte y ver españas rotas por todos lados.
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