Dicen que se hablan

(yo creo que ahora ZP y MR se entienden mejor de lo que se dice por ahí. Estoy convencido de que el presidente del PP sabía antes que casi nadie que Zapatero no iba a presentarse, y eso ha facilitado un diálogo luego desmentido por las actitudes de Blanco, por un lado, y González Pons, Trillo y Cospedal, por otro).
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Sí, se hablan más de lo que parece cuando se escuchan las voces airadas de los adláteres y segundos escalones. La saga/fuga del etarra Troitiño ha levantado mucha más polvareda subterránea de lo que podría pensarse si se atiende exclusivamente a los ataques que se han registrado en estos días teóricamente de paz y de grandes confrontaciones futbolísticas. Pero yo creo, me cuentan, que Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero utilizan con bastante frecuencia el teléfono que les comunica. Son dos personajes con sentido común, moderados -sí, pese a todas las apariencias- y patriotas, y, aunque ambos hayan errado mucho, se sienten muy concernidos por la mágica palabra ‘España’.

Yo diría que el teléfono bilateral ha funcionado en estas jornadas lluviosas y vacacionales. La descomunal metedura de pata que llevó a la excarcelación y previsible fuga de un terrorista sanguinario no puede quedar en una atribución de culpas al Gobierno de turno. Rajoy lo sabe, aunque alguno de sus próximos parece que no. El líder del PP administra sus silencios, aunque tal vez lance a sus ‘duros’ a cubrir todos los flancos posibles en una labor de oposición. Tampoco el Gobierno, con Pérez Rubalcaba como portavoz, puede mantenerse en un silencio ambiguo: alguien tiene que pedir responsabilidad a los estamentos (Audiencia Nacional en este caso) que han de responder.

Lo desesperante es la ausencia de iniciativas, de soluciones: nadie ha planteado reformas legales, reglamentarias, procesales, que eviten la arbitrariedad de algún magistrado (llámelo usted error insubsanable, si usted quiere), que frenen en continuo choque entre el Supremo y el Constitucional cuando de materia de lucha antiterrorista se trata. Hay que potenciar la primacía del Estado de Derecho, incluso contra la demagogia de algunos influyentes personajes de la vida política, social o mediática. Pero también hay que atreverse a sugerir cambios en las leyes, incluyendo la Constitución, que acaben con ambigüedades, con lagunas legales, con contradicciones. Es más fácil sacudirse los unos a los otros, y viceversa, en un inútil duelo goyesco con los garrotazos de la demagogia en la mano…

La esperanza, para mí, es que se hablan (bueno, eso cuentan, y confío en que sea cierto). Se hablan entre el líder del Gobierno y la oposición, más probablemente que entre Rubalcaba y su ‘interlocutor’ del PP para temas antiterroristas, Federico Trillo. El vicepresidente y ministro del Interior parece más bien centrado en sus propios retos internos (las primarias, que él y muchos otros intentan evitar: también mucho teléfono por esa parte) que en los muchos desafíos externos: no se puede estar a todo… Y, en cuanto a Trillo, parece igualmente más empeñado en atacar al sucesor más probable de ZP que en construir un valladar efectivo e indestructible contra el terror. Lo dicho: no se puede estar a todo.

3 respuestas

  1. Me parece muy bien hablar con los adversarios. Y más en momentos cruciales, trágicos, por culpa de los que negaron las evidencias que conocían, sólo por motivos electorales. Pero hablar y confiar con los que te han mentido incluso antes de llegar ellos al poder, mientras se hacía el pacto o Ley Antiterrorista, durante los días del 11 al 14 M, mientras se manipulaban las noticias, hablar, confiar y pactar con los que te han hecho el Pacto del Tinell, te han ridiculizada aprovechando sus terminales informativas, te han hecho trizas mediante esos periodistas ubicuos que aparecen en todas las tertulias defendiendo cínicamente lo más indefendible, hablar y confiar con ese tipo de políticos, me parece un error inconmensurable. Rajoy sabrá lo que hace. Le he defendido siempre, como a Camps, al que le han hecho una campaña parangonable con la que le hicieron a Loyola de Palacio. (A ver cuando Bono pide públicamente perdón al PP y a la difunta o a su hermana por aquella campaña calumniosa del lino). Pero si se fia de ZP, de Rubalcaba, de Zarrías, de Blanco de toda esa jarca de mentirosos compulsivos y de tramposos (presuntamente todo, por si acaso), allá él. Y pobres de nosotros. ¿A quién vamos a votar? Cirus.

  2. Esperanza Aguirre ha dado una lección a todos hoy; a los suyos y a los de enfrente. Nada de ambigüedades, nada de paños calientes con los corruptos. Ha hecho tan bien la “lideresa” la confección de las listas electorales sin pringados colados de rondón; que si viviera en Madrid, sólo por ese gesto la votaría. Esta mujer junto con Basagoiti en el País Vasco, puede que sean el recambio liberal que necesita el PP, lejos de mastines como Aznar y Oreja.
    Creo que ya está bien de hablar del pasado, ahora lo que toca son propuestas, gente limpia (el que pueda) y que gane el que lo merezca. El PSOE merece perder, pero todavía el PP no merece ganar.

  3. Ha mentido, retiro lo dicho en el anterior comentario. Hay!,… esta derecha mentirosa y repugnante. No te puedes fiar de ninguno.
    La minucias que dice la Aguirre parece que le ha costado al erario público 12 millones de euros, claro, esto debe ser calderilla para la doña.
    En fin, cada vez menos merece ganar el PP las elecciones.

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