En fin, he ahí el veredicto. Por decir más o menos lo mismo que el tribunal, al que ahora le acusan de ‘amigo’ de Camps, algunos lectores me han crucificado. Pero me ratifico en lo que dije y digo: penalmente irrelevante, un desastre en la gestión de la crisis. ¿Entenderá Camps el mensaje que le envía el tribunal, el que le envían los medios, aunque algunos de estos mensajes no sean precisamente de buena voluntad?
Volveremos sobre ello.
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