El cuarto congreso de nuevo periodismo , que dirijo, ha dado comienzo en Santiago de Compostela hoy con mesas y plenarios diversos. Es un intento más de acercar a los profesionales de la comunicación de América Latina y España, en esta ocasión considerando a España como un puente entre Europa y América Latina. La verdad es que la participación es importante –están los principales directores de periódicos de papel de Latinoamérica, funcionarios europeos de alto nivel, comunicadores españoles…– aunque también es cierto, y lo reconozco, que la presencia del ‘nuevo periodismo’ es escasa. Fue masiva en Cáceres, pero ahora hemos decidido mirar hacia lo que está implantado, los retos que enfrenta ante el empuje de las nuevas técnicas y tecnologías.
Veremos qué sale de aquí. De momento, constato la importancia de mantener periódicos encuentros con los colegas latinoamericanos y portugueses, con todos los cuales mantenemos tantos puntos comunes. Iré informando de lo que va pasando de aquí al miércoles, cuando clausuramos. De momento, dejar noticia de la inauguración, con un impresionante texto de Fernando Onega, que ha puesto el dedo sobre muchas llagas: la impermeabilidad de los poderes, la mala situación del sector…Todos dicen apoyar un periodismo libre, que arriesgue en su apuesta por la información, pero, a la hora de la verdad, todo son trabas para hacer bueno el dicho de que «noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique».
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