No espero mucho, la verdad, del gobierno que viene. Algún nombre esperanzador, pero poco. Y lo del Parlamento, pues lo mismo. La composición del gabinete se hace más por agradecimientos, compromisos, presiones, cuotas –que esa es otra– y porque me da la real gana que por el interés verdadero de los españoles. Y, claro, pasa lo que pasa.
En un post adjunto mi crónica de hoy para Colpisa, no accesible para quienes no vivan en las provincias donde esta crónica se publica (creo que Santander, Granada, Badajoz, Zaragoza, Murcia y alguna más, dependiendo de las ocasiones y, supongo, del espacio que tengan los periódicos de la cadena).
Temo que, pese a algunas declaraciones alentadoras, la decepción, ante el inicio del curso político, de una nueva era política, sigue. Ojala me equivoque.
Deja una respuesta