El nuevo gobierno

¿Qué pienso del nuevo gobierno? Pues que se ha perdido la oportunidad de hacer una gran coalición, que Zapatero tendrá que acabar haciéndola y que, por tanto, este equipo va a durar, como mucho, un año de pasión para ZP. Podría ser más prolijol, pero esto es, en síntesis, lo que pienso. Y eso que es un gobierno de mi generación, compuesto por gentes a las que, en general –no a algunos de los nuevos, claro–, conozco desde hace bastante tiempo y en diferentes avatares.

4 respuestas

  1. Pues yo creo que es el certificado de que la política interna de Zapatero va a ir encaminada a no meterse en líos a la espera de que se arregle la coyuntura internacional.

    Me queda la duda de Chaves. No se si viene a ser el rostro amable del gobierno con las autonomías para conseguir apoyos políticos o a replantearse de una vez, lo que sería necesario, un nuevo modelo de financiación y sobre todo de gasto y gestión para autonomías, ayuntamientos y para el propio Estado. La impresión que tengo es que viene a lo primero. ( El bueno de Chaves ya no está para muchos trotes).

    Lo de Elena. Dicen que es un sargento de hierro y el colmillo es bueno a la hora de ejecutar. La pregunta es ¿Quien hará las propuestas económicas?. ¿Zapatero desde lo político?. ¿Empezarán a ocurrir cosas entre Sebastian, Elena y Corbacho???…cosas buenas, digo. ¿Que pinta la Garmendia en todo esto?, porque debería pintar algo, si no quiere terminar en el mismo altar que la Birulés.

    Fomento a venderse y a cantarnos y contarnos las excelencias de los padres Salesianos ( que falta le hace al gobierno), pero si de paso colabora con los del párrafo de arriba, mejor.

    No se yo. Pero mi apuesta es que en este ejecutivo, lios pocos y tal y como está la cosa, eso es lo único peor que tener líos.

    El resto de carteras los cambio por un botijo. ( no por no tener importancia, sino porque seguirán su curso).

    PD: Reconozca que en el fondo lo del 50,s power le ha gustado.

  2. ¿Como pactar con un mentiroso?

    ¿No te das cuenta que va dejando a amigos, conocido, aliados y enemigos en la cuneta, sin despeinarse?

    Rizando el rizo, ahora ha dejado a sus aliados de la OTAN.

    ¿Recuerdas lo que pasó en Navarra, con el pacto que había de no aliarse con ANV en los ayuntamientos???

    Traicionó su palabra en pleno congreso, delante de las cámaras Y Con La Sonrisa En La Boca¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

    Bien es cierto que, puesto que somos una democracia, tenemos lo que nos merecemos porque lo hemos elegido…

    ¿tendrá lo nuestro marcha atrás?

  3. Estimado Don Fernando..Ay!, la polícica y sus votantes. Un saludo desde Barcelona.

    DESCRÉDITO EN LA POLÍTICA ESPAÑOLA. ¿QUÉ HAY DE LO MÍO?

    Desencantado en tiempos de crisis, el ciudadano, criatura que tiende a introspecciones varias, disputando con el banco la hipoteca y ajustando sus haberes que le permitan llegar a final de mes. Estremecido de nostalgia, recordando el estado del bienestar abultado que hemos vivido estos últimos años. Y quizás, erróneamente, culpando a sus legisladores de tal situación compleja de crisis cíclica actual.

    Impopularidad y reputación se pueden conjugar erróneamente. Pensando que los políticos, desmerecidos unos y alabados otros, sean iguales en sus haceres y suelan convenir para pactar oscuros entramados confabulando a su connivencia. Y eso, no es cierto. Eso podría ser un error de perspectiva. Algunos, probablemente habrán hecho traición a su jura o promesa, generando y suscitando la desconfianza en el elector. Pero otros, -la mayoría-, intentarán adquirir el compromiso y las metas que se propusieron para alcanzar el logro, como la ola de la mar lo hace a cada momento con la varada en la orilla, suma de sincronización de ley natural y de vida.

    Pero cuando las cosas van medianamente bien también se suele cargar contra los políticos. ¿No será una primitiva costumbre que tenemos adornada de justificación de nuestras propias frustraciones?

    El político decente, el político íntegro y comprometido puede ver su esfuerzo deslucido y decaído ante la desconfianza y recelo del ciudadano. Puede ser injusto tal irracional manera de pensar de que todos pueden ser medidos con la misma vara, pues hay aspirantes a legislar, y otros que yá legislan, que hacen de su vocación un buen hacer con hechos y verdades tangibles. A veces, hasta se nota su esfuerzo en el resultado de su trabajo, aunque no siempre acabe contentando a todos por igual.
    Es muy fácil descargar a nuestras frustraciones y desengaños de los reveses normales venidos de la vida. Pero…, ¿donde está escrito que la vida sea algo fácil de asenderear?

    Y a veces podemos escuchar el penitente lamento:

    -¡La culpa es de los políticos! Estos sí que viven bien. ¿Y de lo mío qué?

    El ciudadano se puede volver egoísta e ingrato, esperando que por defecto se le puedan solucionar todos sus problemas, como si de prestidigitación se tratara. Y de los políticos, se esperara que tuvieran una “vara mágica” y encantadora como lo tuvieran las hadas del bosque. Magia y política no casan lo que se dice bien. Otra cosa es el ilusionismo, donde nos puedan hacer creer lo que no es, -eso es otro tema y asunto-, pues no todos los legisladores tienen truco ni cartas marcadas debajo de la manga.

    Hay políticos honestos, comprometidos e íntegros, ¡faltaría más!. La prueba está en la evolución y el desarrollo desde nuestra difícil transición. Si miramos desde atrás hacia adelante, podremos ver el cambio de forma evolutiva en nuestra política, como una mudanza, de una dictadura lejana a nuestra consensuada e impermeable democracia. A veces con errores de cálculo, pero también de vez en cuando con afino y aciertos.

    Un servidor, desconoce si los políticos viven bien o medianamente con holgura y abundancia, o se apañan como pueden y mejor saben. Pero todo esto, no nos ha de llevar al subjetivo tópico de culparles de todas las miserias e infortunios, que como excusa, nos puede desviar de la senda de nuestra propia responsabilidad. Porqué nosotros, los ciudadanos, también somos un poco “políticos” y gestores de nuestro destino, responsables de dar nuestro voto y confianza a quien creamos merecedor para el ejercicio del poder. Y nuestra implicación pasiva, ha de ser de cumplir en las urnas y respetar el resultado, aunque este no siempre pueda contentar a todos.
    Es el sistema, que como un lienzo hemos de colorear para darle vida a un paisaje de secano. Puede que no nos gusten algunos matices de purpuras y morados, ni de texturas y tactos en el basto tejido social. Algunos políticos pintan al óleo, otros al acrílico y algunos incluso al gris carboncillo. Algunos con colores fríos y otros con colores calientes, unos marinas y otros paisajes. Pero la democracia es el mejor pincel y paleta que tenemos en nuestras manos para mezclar colores y pigmentos. Para así, poder plasmar en lienzo la expresión y la pluralidad del pueblo. Y sin nuestro voto, -que es nuestra pincelada barnizada-, quedaría inacabada la obra, de la tela de ámbitos públicos y de expresiones varias que es la política.
    Ahora más que nunca, los políticos, los “elegidos”, los íntegros y cumplidores, necesitan nuestro apoyo en estos confusos y cambiantes tiempos. Sí, quizás sea hora de empujar todos juntos el carro de la colectividad y el consorcio que es nuestra estructura social. No seamos necios, ni almas de bronce, ni títeres que manipulan sus propios hilos que nos sirva como excusa impía.

    Demos un margen de confianza, independientemente de la orientación del político. Miremos hacia el futuro sin quitar la vista al presente. Porque mañana, el futuro de hoy ya será presente otra vez. Nadie nos puede quitar la ilusión de tener un mundo mejor, pero pongamos nosotros de nuestra parte. Críticos, sí, pero constructivos y con fundamento. La confianza en nuestro sistema democrático no debe llevarnos a vacilar ni a titubear. Y como este artículo se ha deslizado caminado por el arte de la pintura, como dice el refrán: Ni el ciego juzga de colores ni el sordo de razones.

    Sergio Farras (escritor tremendista)

  4. A mi personalmente y desde el primer día viendo la deriva que tomaba este Gobierno, me ha parecido que se han dedicado más a fastidiar al prójimo que a favorecer a la mayoría.
    Tuvimos otro Gobierno de Felipe Gonzalez que aunque cometieron errores como todos pero al menos en determinados asuntos procuraban consensuar, esos son provocadores y quieren pasar a la historia como los mas «rojos», y la verdad me asquean, máxime cuando se arrasca un poco por cada uno de ellos le deben bastante a esos años de la «dictadura» que alomejor los que no comulgamos con sus ideas.
    Por todo ello este Gobierno como los que lo han dejado no me gustan un pelo, ahora mucha culpa de la posturas que adoptan la tienen muchos medios de comunicación, afines la mayoría, y periodistas que parece que les pasen el «aguinaldo» con frecuencia aunque no sea Navidad.
    No hay más que ver algunos debates, como se ponen, yo creo que si pudieran a algunos nos habian borrado del mapa.
    Hasta pronto

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