En España se fabrican terremotos como en ninguna pare del mundo

La verdad es que en pocos sitios, si es que hay alguno en todo el mundo, se organizan los terremotos políticos mejor que en España. Partidos políticos, instituciones, sociedad civil, a veces hasta los medios y las empresas, se conjugan para elaborar un calendario perverso, en el que todo lo que pueda ocurrir ocurra a poco que los hados, que también tienen vela en este entierro, con perdón, lo quieran. Y, si no, fíjese usted en lo que nos espera en los próximos días, que son de pre-campaña electoral, o sea, de campaña electoral: ‘la’ sentencia, una moción de censura en el Parlament catalán, las explicaciones de ciertos políticos para justificar sus giros copernicanos…bueno, y la pronta exhumación, o quizá no tan inmediata, de Franco. Y el aniversario del fusilamiento de Companys. Y…

Comencemos por la sentencia del Tribunal Supremo contra los golpistas por la independencia de Cataluña. Puede llegar esta misma semana, quizá por unanimidad de la Sala de lo Penal. No será, desde luego, absolutoria ni demasiado leve –quizá tampoco tan severa como inicialmente pensaron algunos—y los rumores en torno al tema corren como liebres sueltas por el campo político, sin que haya información fidedigna y segura sobre el grado de las penas que se impondrán.

El día 16, uno después de que se cumpla el aniversario del fusilamiento por Franco de Companys, que es figura a la que le gustaría semejarse a Quim Torra, llega el plazo para el fin de la prisión provisional de los Jordis, dos años encarcelados ya. Sería una auténtica locura jurídica que la sentencia no llegase antes de esa fecha, aunque este plazo sea revisable. Y los ‘indepes’ ya han abierto un concurso de ideas sobre cómo mostrar públicamente su oposición a esa sentencia condenatoria: a ver quién tira la piedra más lejos.

Así que el mes que nos separa de las urnas va a estar decisivamente influido por lo que vaya ocurriendo en Cataluña, entre otros movimientos sísmicos de menor intensidad. Cataluña, donde este mismo lunes se debate en el Parlament la moción de censura presentada por Lorena Roldán, de Ciudadanos, contra Torra. Uno de esos movimientos políticos de la formación naranja –menudo viraje el de Rivera: podría haberlo pensado antes, la verdad, pero ya digo que somos especialistas en tsunamis—condenados a la esterilidad. Nadie, excepto, el PP, apoyará esta moción y los ‘indepes’ aprovecharán la ocasión para airear el victimismo y para lanzar piedras contra el Estado ‘opresor’.

Sume usted a todo esto el previsible ‘frenazo’ económico. O los inquietantes vaivenes en las encuestas, que coinciden ‘grosso modo’ en sus previsiones de que, con todo, Sánchez ganará pero no convencerá, el PP crecerá bastante, a costa de Ciudadanos, que, de error en error, se pegará el batacazo, Podemos bajará algo en favor de Errejón, pero no tanto, Vox más o menos como ahora. Y entrarán en el Congreso de los Diputados, o crecerán algo, ciertas fuerzas no precisamente afines al sistema. Ni, desde luego, a la Monarquía, que estos días, precisamente en medio del terremoto, procura la presencia en foros públicos de la heredera de la Corona, la princesa Leonor. Ya era hora, la verdad; pero también es verdad que los momentos no son los mejores para acompañar esta ‘puesta de largo política’ de la princesa de Asturias.

Ya me dirá usted, con este panorama frenético, cómo diablos se va a fijar la gente en los programas que presenten los partidos –este lunes, Pedro Sánchez, que es el que mejor pedalea la imagen propia en esta campaña, presenta el del PSOE–, cuando ni estos saben muy bien cuáles son sus posiciones definitivas ni a qué carta de póker quedarse. Y, para colmo, ahí seguimos, con la polémica de si desenterramos o no a Franco y a vueltas con la Historia, que es justo lo que nos faltaba para perder el norte de nuestra identidad como país. No me negará usted que estamos haciendo la carambola perfecta para que, como Dios, una coalición decente y alguien no lo remedien, caigamos por el agujero de la mesa de billar en la que todos parecemos ser meras bolas de colores. Y mientras, Portugal, tan cerca y tan lejos, votando en su paz; claro, como ellos no tienen ‘indepes’ ni este carácter mesetario nuestro…

fjauregui@educa2020.es

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