En estos días he oído hablar de España rota, de Zapatero masón (lo dice un periodicucho americano, que también los hay. Y si es verdad, tampoco es para tanto), de que hay que hacer un boicot a los productos catalanes, de que estamos como en el 23-F, porque ha habido un golpe de estado incruento y encubierto…Todo, claro, a cuenta del Estatut que Maragall ha tenido a mal enviar a Madrid para que ahí se lo destripen y lo constitucionalicen.
A mí me parece que no hay para tanta alarma. Hombre, podría estar mejor la cosa si Maragall no se hubiese empecinado en aliarse con ERC para ser presidente de la Generalitat, de acuerdo. Mejor si ZP no hubiese ayudado a que el Estatut saliese adelante con el visto bueno de Artur Mas, también de acuerdo. Pero de ahí a un golpe de Estado encubierto…Me parece a mí que algunos medios, algunos talibanes radiofónicos y algunos en el PP, no miden bien las distancias entre la realidad y la fantasía, de la misma manera que ZP no mide bien el trayecto que existe entre el cielo (las nubes, vamos) y la tierra. Y así andamos, como en la película de Peter Pan, en la que el único que está en la realidad es el perro, o sea, la ciudadanía.
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