Yo creo que no queda otro remedio: Federico no puede seguir. Dos condenas como las que ha sufrido no son los más importante –los tropiezos en los tribunales son moneda corriente en periodismo, me temo–; lo peor es cómo ha reaccionado ante las condenas, que me parecen justas. Ha perdido por completo el sentido de la realidad, el norte y el sur. En mi opinión, su posición es ya insostenible.
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