—-
(arriba, el alcalde de San Sebastián, el día de su toma de posesión. Cuarenta y ocho horas después, desaparecía el retrato del Rey a su espalda. Debaj, Martín Garitano, en el retrato que hoy le hace El País)
——-
Me dan lástima y me preocupan algunos comentarios a los artíclos que publico en mi periódico. No porque sean críticos con el contenido, que por supuesto lo respeto –faltaría más–, sino por la falta de mesura que demuestran; llamarme, como hace algún lector, ‘batasuno’ –¿?– me parece una demasía, la verdad. Ni mi trayectoria, ni mi pensamiento, ni mis anhelos para el querido País Vasco, lo merecen ni de lejos. Supongo, confío, en que lo harán simplemente por insultar…
¿Batasuno por defender el derecho de la legalizada Bildu a presentarse a las elecciones?¿Batasuno por decir que no debe culparse a los magisytrados del Constitucional de esta legalización? ¿O será por afirmar que ha de respetarse el veredicto de las urnas, que dice que en Guipúzcoa hay mucha gente que, equivocada o no –yo creo que no han medido bien el alcance de este voto–, ha respaldado a esta coalición?
Bildu se presentó como un factor de normalización en el País Vasco en un momento en el que ETA está, parece –y Dios nos oiga–, dando sus últimos coletazos. Ha tenido la oportunidad de mostrar un talante conciliador. Ahora, ha desaprovechado la opornidad, única, de causar una buena primera impresión. Garitano, ex compañero de profesión, mal periodista, ha desaprovechado, como diputado general de Guipúzcoa, esa oportunidad. Totalmente fuera de foco sus declaraciones hoy en El País. Lo mismo que su discurso inicial. Lo mismo que el apoyo a la medida, increíble, de rerirar el retrato del ReY: Bildu ha ganado las elecciones municipales en S. Sebastián, pero ni el salón de plenos le pertenece, ni el edifico consistorial, ni La Concha. Nunca me ha gustado un pelo la muchachada batasua, amparada siempre en la masa; pero esta Bildu me da la impresión de que anda especialmente desnortada y que no ha sabido digerir el éxito electoral: acabará, si nuevos errores ‘propagandísticos’ por nuestra parte no lo impiden, desligándose de una parte de quienes ahora les han votado, confío.
Bueno, a lo que iba: es el caso que apostar por la moderación, por la tolerancia, por el Estado de Derecho, sigue siendo tarea ardua, frente a tirios y frente a troyanos. ¿O será que en este pais no hay más que tiriosy trayanos, las viejas dos españas machacando, a golpe de extremismos, a quienes están en el medio, sea este medio lo que sea? Otra cosa es, como me decía el inolvidable Paco Fernández Ordóñez, que todo el mundo tiene sus odiadores, y que algunos de ellos, como se refleja en la redacción, pues eso, que…en fin. Uno preferiría tener odiadores que vuelen un poco más alto. Será que no me los merezco, resignación. Como en Casablanca, siempre nos quedarán País y este blog, donde cada día agradezco el buen tono a los amigos, críticos o no, que en él intervienen.
Deja una respuesta