No soy un obseso de Zapatero: ni me entusiasma ni me repele. Pero es el presidente de migobierno, y hay que analizarlo. Perplejo como estoy ante mi voto, me pregunto, en primer lugar, si es cierto aquello de que «el poder no me cambiará».
Y no, no es cierto. No, no es cierto. No lo es, como digo hoy en mi comentario en diariocritico
Perdón por la autocita, pero hay días en los que, a base de dudar, hasta estoy de acuerdo conmigo mismo.
Deja una respuesta