Me dice un buen (y enterado) amigo que se espera un huracán malvado económico procedente de Europa. Prefiero no creerle del todo, no porque desconfíe de sus análisis, siempre independientes y rigurosos, sino porque creo que la economía no es una ciencia exacta, sino dominada por la estupidez de los humanos. Prefiero, en este cuarto de hora, ser moderadamente optimista. Y es que algunas razones, no muchas la verdad, hay…
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