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(García Margallo, el ministro de Exteriores, también se pasó, como Báñez, Ignacio González y otros, por el VII congreso, sin duda el más productivo de todos los siete que hemos celebrado. Y es que el tema ‘emprendedores’ da para mucho…)
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Clausura, a mediodía de este sábado, de nuestro VII Congreso Iberoamericano de Periodismo. Salgo agotado, pero, tras una comida con miembros del Consejo del Grupo Diariocrítico y una siesta imprescindible, he escrito este comentario:
Fátima Báñez e Ignacio González clausuraron el VII Congreso de Periodismo Iberoamericano
La gran pregunta: ¿hay futuro en España para los emprendedores?
Fernando Jáuregui
La gran pregunta ahora, cuando hemos acabado las agotadoras sesiones de un congreso –hay que haber organizado alguno para saber lo que es eso— dedicado a los emprendedores, es la siguiente: ¿tienen/tenemos futuro ellos/nosotros, los emprendedores, en un país como España?
Si se atiende a las proclamas oficiales, está claro que sí: “alfombra roja” para los emprendedores, dijo este sábado, y sin duda lo dijo sinceramente, la ministra de Empleo, Fátima Báñez. En realidad, quién sabe si este futuro es tan brillante como nos prometen: ‘emprendedor’ es palabra de moda, pero…
Bueno, pues ya concluyó el VII Congreso Iberoamericano de Periodismo en Alcalá de Henares, dedicado precisamente al tema ‘la comunicación, como fomento de emprendedores a los dos lados del charco’. La ministra Fátima Báñez, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, fueron los encargados de oficiar la clausura.
Emprendedores, emprendedores, emprendedores…esa fue la palabra clave durante la jornada y media de este congreso, por el que desfilaron autónomos, empresarios, periodistas, diversos expertos y que culmina siete meses de recorrido por toda España a caballo del programa ‘Emprendedores 2020.
La de Alcalá era la vigesimoquinta etapa, y el acto estaba programado como el más importante de un recorrido que comenzó en Lorca, allá por el mes de abril, y que continuó por Zaragoza, Vigo, Valladolid, Palencia, Toledo, León, Cuenca, Ciudad Real, Albacete, Valdepeñas, Marbella, Málaga, Santander, El Escorial, Oviedo, Valencia, Benidorm, Mérida, Getafe, actos sectoriales en Madrid…
Y, realmente, el congreso de Alcalá tuvo una indudable importancia, de la misma manera que fue el más interesante y completo de los siete que, cada año, desde 2005, hemos venido celebrando en distintos puntos de España: por el nivel de participación –más de trescientas personas desfilaron el viernes y el sábado por las mesas de trabajo–, por los mensajes emitidos y recibidos… y por marcar una nueva agenda de trabajo para el equipo que componen Fernando Jáuregui, Pablo Soler, Lourdes Carmona, Mónica Urgoiti, Diego Sañudo, Alex Hurtado, Laura Rodríguez y en el que cooperan todos los trabajadores del Grupo Diariocrítico.
–El papel de nosotros, los medios–
Hemos ordenado y sistematizado nuestro trabajo. A partir de ahora, los centenares de personas que han pasado por los actos organizados, y a los que estamos dando un comienzo de notoriedad, se integrarán en un ‘club de emprendedores’ al que se dotará de contenido y actividades concretos: contactos, promoción, búsqueda de sinergias…Claro que nosotros no somos más –ni menos—que un medio informativo, y nuestra frontera se detiene en la publicación de esas ‘historias ejemplares’ que protagonizan quienes no se resignan y quieren dar forma a sus sueños. Pero es que el papel que los medios pueden y deben jugar en la imprescindible transformación de estructuras y de mentes es inmenso.
Lo importante es seguir transmitiendo, desde medios de comunicación como los que componen el Grupo Diariocrítico, pero también desde otros que puedan sumarse a la idea –no queremos exclusiva alguna en esta misión que nos hemos encomendado–, el valor de emprender. Una revolución mental que pasa por superar ese deseo, instalado aún en un setenta por ciento de jóvenes, que se detiene en tratar de llegar a funcionario. La España dieciochesca de los hidalgos, funcionarios, curas y pícaros tiene que quedar definitivamente atrás: claro que no tenemos nada en contra de funcionarios o curas, pero solamente un ‘boom’ de los autónomos, los emprendedores, la sociedad civil en marcha, lo logrará.
–Esto sigue siendo algo muy difícil–
Es algo que todos parecen comprender, comenzando por las autoridades –veinticinco alcaldes, seis presidentes autonómicos y varios ministros han participado hasta ahora en el ‘road show’ de E2020–, siguiendo por los presidentes de cámaras de Comercio, organizaciones empresariales…pero que sigue sin ser una realidad tangible: la verdad es que emprender, no resignarse a vivir del subsidio de desempleo, modificar los hábitos laborales vigentes, quedarse y resistir el impulso de largarse al extranjero a servir cafés en un hotel, sigue siendo algo muy difícil.
Lo prueba el hecho de que la mitad de nuestros jóvenes sigue en el desempleo, que decenas de miles han emigrado a diversos países, lamentablemente casi siempre para no poder desarrollar la carrera que eligieron. Lo prueba también la verdad incontestable de que se ponen parches para fomentar el emprendimiento, pero sigue habiendo una controversia interna en el Gobierno sobre la Ley del Emprendedor.
Y no digamos ya acerca del imprescindible abaratamiento de la cuota para ser autónomo: yo mismo me he encontrado decenas de casos en los que me ha sido imposible contratar a un redactor para que colaborara con el Grupo porque, dado lo que podríamos pagar por esa colaboración, le resulta más rentable seguir cobrando el desempleo que darse de alta como autonómo. En efecto, si a un trabajador en paro se le ofrecen, pongamos, setecientos euros mensuales por cinco horas de trabajo diarias, y tiene que pagar doscientos euros mensuales como autónomo, preferirá presumiblemente seguir cobrando el subsidio; malo para las arcas de la Seguridad Social, malo para él y malo para quien pretende contratar sus servicios sin poder hacer frente a otro tipo de contratación más estable. Porque la verdad pura y dura es que ya apenas se dan aquellos contratos ‘fijos’, ‘en plantilla’, y que el trabajo en la misma empresa para toda la vida es, les guste o no a los sindicalistas más rancios –que afortunadamente ya no son todos–, una quimera. ¿Por qué, entonces, no se dan pasos decisivos desde el Gobierno en este sentido? Cuesta, francamente, entenderlo.
–Derribar clichés–
Por eso, en las horas siguientes a la clausura del VII Congreso, y sin estar del todo seguro de que una buena parte de mis compañeros de profesión entiendan la necesidad de seguir propagando el mensaje de que hay que cambiar el mundo, me he hecho esta pregunta: ¿tiene futuro ser emprendedor en un país como España, en el que el fracaso estigmatiza –y arruina–, en el que el empresario sigue siendo visto como un depredador por sus propios trabajadores y por muchos entornos sociales, en el que los sindicatos y la patronal siguen siendo dos contendientes sin remedio?
Pues ese es precisamente el papel que creo que nos corresponde ahora, y que llevamos siete meses intentando desempeñar: derribar algunos clichés, decirle, ciudad a ciudad, a la sociedad civil que a ella, y a ningún Gobierno del signo que sea, le corresponde despertar y difundir ese mensaje revolucionario. Podemos, en la pequeña medida de nuestras fuerzas, ayudar a cambiar el mundo y convertirlo en algo mejor para nuestros hijos, cosa que, lamentablemente, no está ocurriendo ahora. ‘Yes, we can’. Querer es poder. La ministra Báñez nos recomendó, a los emprendedores congregados en Alcalá para escucharla, resistir. De acuerdo: tirar la toalla es más fácil que no tirarla. Pero después, ¿qué?
fjauregui@diariocritico.com
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