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(Miguel Sebastián, que tanta revuelta oscura –lo que no está claro, es, pese a las bombillas, oscuro– ha protagonizado a su paso primero por la Oficina de La Moncloa, después como candidato a la alcaldía, por fin como ministro de Industria, será, sin duda, el ministro más polémco para la Historia del zapaterismo. Claro que el de Industria ha sido el Ministerio más ‘curioso’ –¡Montilla!– de los recientes gobiernos socialistas. Y ahora, ¿en qué parará esto de Pemex-Sacyr versus Brufau?)
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Todo esto me recuerda a las maniobras orquestales en la oscuridad de cuando la OPA a Endesa, que, al final, acabó en manos italianas, aunque, eso sí, con algunos accionistas avisados forrándose (los otros, no tanto). El señor Del Rivero protagoniza, cada dos años, una operación ambiciosa para hacerse con el control de una gran compañía (primero fue el BBVA, ustedes recuerdan), teniendo al ministro de Industria, señor Sebastián, como caddie. Ahora, con su alianza con Pemex frente a Brufau para hacerse con el control de una de las petroleras más mportantes del mundo, el presidente de Sacyr Vallehermoso acelera, porque Miguel Sebastián, su gran valedor, se va. Hay que ver las cosas que hemnos leído hoy en cierto periódico, de la mano de cierto columnista, ¿verdad paisano?¿A quién, pregunto, beneficia este movidón en Repsol, una compañía que, by the wal, no parece del todo mal gestionada en la etapa Brufau?
Atención, porque en esta etapa de debilidad del Gobierno Zapatero e interinidad de ‘mando político’ nos podemos encontrar con algunos golpes de mano, urbanísticos (véase #salvemossantoña) y petroleros. Entre otros, siempre de índole económica. No descansan…
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