Intolerancia: el sino de esta sociedad nuestra. Lo digo veinticuatro horas después de la última manifestación convocada por la derecha. Tienen perfecto derecho (y no es juego de palabras), pero quienes no comulgamos con eso, quienes pensamos que se divide a la sociedad y que la negociación con ETA no es indeseable, sino necesaria con sus límites, no tenemos por qué ser tildados de nada. Ellos tampoco: creen que la sociedad es mejor así. Pero podemos debatir unos con los otros, los manifestantes con los que nos quedamos conscientemente en casa. Si Ruiz Gallardón cree, y muchos con él, que es una barbaridad mezclar entre los motivos para convocar una manifestación el contacto con ETA con las suspicacias sobre la investigación del 11-m, pues habrá que respetarlo, y no abuchearlo. Pero esta derecha cainita ya solamente quiere ver por los ojos y oír por los oídos de Jiménez Losantos . Se nos echan al monte, y algunos sectores gubernamentales, para los que toda política consiste en atacar al PP, lo mismo. He escrito esta mañana un artículo para la agencia Off The Record que resume un estado de desesperación que a veces siento ante estas dos españas que cada día, todos los días, nos hielan el corazón.
Lástima, porque este país merece la pena de ser vivido. Pero ya ven: está habitado.
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