Joder, dos amigos menos

Se me han muerto dos amigos en menos de una semana. Antonio Jiménez Manteca, compañero de curso y del alma, el bonachón que toda su vida trabajó en El Corte Inglés, haciéndonos más fácil la vida a muchos…y Javier Ortiz, un rojo de siempre del que discrepé en mucho y al que me unía un afecto por encima de debates ideológicos (bueno, uno es un poco rojo, pero no mucho ya; no tanto como cuando andábamos por la revista Saida).
Uno no tiene a mucha gente amiga, de esa a la que se quiere de verdad, como para permitirse el lujo de que se te mueran dos de golpe. Perdón por traer hoy mi congoja a este blog, que quiere limitarse a lo políticamente (in)correcto.
Adios, Antonio. Agur, Javier.

7 respuestas

  1. Javier era para muchos de nosotros un referente. ¡Qué pocos periodistas quedan que puedan presumir de ello!

  2. Siento su perdida, don fernando, pero por fin reconoce que usted es algo rojillo.

  3. A Pedro:
    Lo único que digo es que Javier Ortiz era un rojo de siempre del que discrepé en mucho. No sé de dónde saca usted que reconozco que soy algo rojillo (lo sea o no lo sea: no creo que la seña de identidad de un periodista consista en andar definiéndose o poniéndose colores). Por cierto, tengo amigos de todas las ideologías, y en eso soy bastante rico, creo: en amigos. Y las amistades no conocen de discrepancias políticas, o no deberían.

  4. Antes de nada, siento la pérdida de su amigo, D. fernando.

    Y respecto a su contestación, vaya por delante que disfruto leyéndole y escuchándole, incluso discrepando -que son muchas las veces ;D- pero le indica a Pedro que «de dónde saca…»; pues hombre, de su frase «uno es un poco rojo, pero no mucho ya».

    No acierto a adivinar en las escuetas palabras de D. Pedro el acusarle de sectarismo o «trincherismo» -si a eso se refiere ud. en la contestación-

    Yo lo tomo más bien -porque coincide con mi forma de pensar- que todos tenemos una idea de como deben ser las cosas y al opinar lo hacemos desde ese prisma, como es lógico.

    Le sigo a usted porque creo que en buena parte actúa así, desde sus principios y no desde un bando (que sería, para quien no lo sepa a estas alturas, en tener una opinión casualmente alineada en todo momento con el partido y atláteres afines).

    En resumen, me alegro de que sea usted «un poco rojo», y al tiempo disponga de criterio propio.

  5. Perdón, acabo de mandar el mensaje y me doy cuenta de que me traicionó el subconsciente -seguí el enlace al obituario de D. Javier Ortiz- y cuando volví para redactar el mensaje lo tenía en mente a él y no a su otro amigo. Quiero aprovechar para hacer extensivo mi sentimiento por su pérdida al «bonachón» que tenía usted como amigo.
    Saludos

  6. El auto-obituario de Javier Ortiz, además de original, es de lo mejor que he leído esta semana. Ya que a él no tuve el privilegio de conocerlo en vida, vaya desde aquí un abrazo póstumo a su familia y a sus amigos, entre los que encuentro, Fernando, que tuviste la suerte de estar. Pues eso. Un abrazo fraternal, de otro vasco calvo y bajito.

  7. […] Jáuregui. Joder, dos amigos menos. 28 de abril de […]

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