Hoy he respondido lo que sigue a quienes decían que diariocritico se había equivocado en su valoración sobre la autoría de la matanza del 11-m. Y es que confieso que estoy verdaderamente sorprendido ante la marcha de los primeros interrogatorios. Este juicio amenaza, de seguir esto así, con llevarse muchas cosas por delante. Y lo peor es que quien yo me sé, sin tenerla, asegurará ahora ser poseedor de toda la razón…
Muchas gracias, lo digo casi sin asomo de ironía, por las clases magistrales de química, quinto curso de explosivos. Nosotros, al menos, tenemos la honestidad, no como algunos colegas, de declararnos legos en la materia, pero estamos aprendiendo una barbaridad. Pero admitimos que podemos estar equivocados, claro que sí. Sobre todo, al ver el comienzo del juicio por el 11-m, en el que nos parece que las acusaciones estan poco fundamentadas y, sobre todo, las pruebas parecen insuficientes, uno siente la tentación de empezar a cuestionarse bastantes cosas. Lo cual no quiere decir que nos sumemos –yo, al menos, no– a las tesis de la conspiración, que si ETA está metida en el lío, que si el Gobierno, algún juez, la policía, estan en el ajo…No, eso sí que no está suficientemente fundamentado. Pero naturalmente que, si en el juicio no quedan demostradas las verdades oficiales –que tienen puntos oscuros, muchos huecos por rellenar– saldremos a decirlo.
Ahora bien: tampoco eso significa, como dice nuestro amable comunicante, que estemos equivocados por principio. Nosotros solo decimos que es temerario acusar a un Gobierno, al estamento judicial, a las fuerzas de seguridad, de estar en un complot con los asesinos de casi doscientas personas. Temerario o mala fe.
Quizá debamos acostumbrarnos a aceptar que no todo es negro o blanco, situado en un extremo u otro. Y, desde luego, mi experiencia me enseña que las teorías de la conspiración casi nunca son las ciertas. Hay porcentajes de todo y las casualidades suelen ser más que las causalidades.
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