La corrupción, cosa del pasado…O no

Mira que si de una vez ponemos las bases para acabar con la corrupción. ¿Qué hace falta? Primero, impulsar unas leyes nuevas, con consenso; segundo, recortar poderes a los poderes (parece una tontería, pero no lo es); tercero, cambiar el funcionamiento de partidos y sindicatos; cuarto, convencer a los ciudadanos de que tienen que exigir más a sus representantes, a sus poderes públicos, a los medios (ojo a esto de los medios, que muchas veces no dan el ejemplo que predican).Bueno, total, casi nada…

5 respuestas

  1. Avatar de Jose Luis Maltrana Iglesia
    Jose Luis Maltrana Iglesia

    Solamente hacer una cosa:
    «Echar del templo a los fariseos a latigazos»
    Es muy facil.

  2. Avatar de Jose Luis Maltrana Iglesia
    Jose Luis Maltrana Iglesia

    Es muy facil:
    EXPULSAR A LOS FARISEOS DEL TEMPLO, A LATIGAZOS.

  3. Lo primero largar a su casa a todos los que han incurrido en corrupción, ser implacables con ellos, todos los que demuestren los jueces que han delinquido primero a devolver el dinero y después según el delito si tienen que entrar en la cárcel pues a ello. Que haya unos controles que han fallado estrepitosamente, los jueces anticorrupción, y especialmente el sr. Mafo presidente del Banco de España, ha estado tocando el violón y dejando que el disparate financiero en que se sumió España siguiera sin decir esta boca es mía. Mayores controles son imprescindibles porque se ve que los españoles en número muy elevado no tienen la menor intención de tener comportamientos decentes y en cuanto le das la oportunidad te la juegan. ¿Cómo puede vd. preguntarse si la corrupción es cosa del pasado? contéstese vd. mismo.

  4. Cuquiña sólo ve la paja en el ojo sociata, -que tambien- pero debería ser más objetiva y documentarse un poco, ya Caruana en tiempos de Aznar en plena burbuja, la que no supo o no pudo pinchar ZP, dió el toque que se estaba recalentando demasiado.

  5. Cuando una empleada de una conocidísima Mutua de accidentes laborales (a la sazón con veintidós años) me pidió que le hiciera la reforma de su casa con cargo a la Mutua, me estaba diciendo que lo que en la Mutua se consideraba normal era eso, la corrupción. Por supuesto, no lo acepté y esto me constó no volver a trabajar con dicho cliente.

    Poco después hicimos el cambio de tarima flotante en la planta noble del Ministerio de Ciencia e Innovación, unos ochocientos metros cuadrados de superficie. Se retiró la misma superficie de una tarima que no llevaba colocada un año. Tanto es así que los propios funcionarios nos pidieron que no la tiráramos para aprovecharla. En ese mismo edificio y planta nos presentamos a una licitación para el cambio de mamparas divisorias en la que la condición de adjudicación era únicamente económica. Dimos el precio más barato sin entrar en baja temeraria, finalmente lo hizo una empresa más cara.

    En otra ocasión se publicó (ya en plena crisis) una licitación para la reforma del despacho de la presidenta de Tragsa (ver en google: «despilfarro Tragsa»), por importe de doscientos setenta y tantos mil euros. Las condiciones de adjudicación eran: setenta por ciento la idea (sic), veinte por ciento el importe y diez por ciento el plazo. Me advirtieron de que el trabajo ya estaba adjudicado, cosa que se caía por su propio peso al ver las condiciones de adjudicación.

    La corrupción va desde abajo hasta arriba, pero, es en los mandos medios donde alcanza su mayor apogeo. La solución es fácil, basta querer eliminarla. Sólo eso.

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