Publica El País la declaración completa de Francisco Camps ante el juez. No me parecen demasiado convincentes sus razones, pero lo esencial ahora, para mí, sigue siendo que aquí funciona a la perfección la pena infamante: ¿se puede dar publicidad a un acto tan privado como es una declaración de un imputado ante el juez? Si no es una filtración –y a Camps lo han frito a filtraciones–, la ‘pena de telediario’ puede pasar también por las cámaras filmando la comparecencia del imputado ante el Juzgado…
Lo confieso: si yo tuviese estas filtraciones, por supuesto las publicaría. Nada contra El País, que tiene una línea legítimamente hostil contra Camps y su Gobierno. Pero sí tengo alguna objeción de fondo contra el filtrador. De alguna manera, los derechos del justiciable quedan menoscabados, porque la presión mediática es un factor a tener en cuenta.
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