Acabo de regresar de un largo fin de semana en París, donde me he dado un chapuzón de precampaña electoral. Cuántas cosas debemos aún aprender de los vecinos del norte. Reconozco que admiro a Francia desde que alguien me dijo: «a los vecinos del norte ya les iban a hacer la cantidad de putadas que a nosotros: menudo lío armarían». Bueno, en realidad eran admirables ya desde la cuestionable revolución francesa…
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