La ‘movida preelectoral’ de los ciudadanos cabreados, indignados

¿Cómo estar en contra de lo que representan esas manifestaciones del 15-m en Madrid, a los sones de «no les votes», «aquí hay poco pan para tanto chorizo», etcétera. Esa externalización de un descontento, plasmado en la plataforma ‘democraciarealya’, debería hacer meditar a muchos: ¿cómo era posible que, en los tiempos de las redes sociales, tras el triunfo de un opúsculo tan insuficiente como el ‘Indignaos’, escrito por un nonagenario francés nostalgico de la resistencia de la Segunda Guerra Mundial, no hubiese convulsiones sociales? Sobre todo, en un país que tiene a casi la mitad de sus jóvenes parados o subempleados, mileuristas con dos o tres idiomas y una carrera, inmovilizados hasta bien pasados los treinta, candidatos al ERE a los cuarenta y ocho. Generación perdida que se niega a serlo, que ve en los Strauss-Kahn, en los banqueros, en los dirigentes políticos ajenos a los gritos de la ciudadanía, una especie de compendio de todos los males, causantes directos de sus desgracias.
No digo yo que este movimiento sea la solución, pero es el diagnóstico. Y no me hablen de alborotos callejeros, que ya sabemos que siempre hay gentes antisistema que aprovecha cualquier cosa para, al final, estropearla. No digo yo que este movimiento esté contra el sistema, pero tampoco está –¿cómo estarlo plenamene?– a favor.
Desconozco quién está detrás de todo esto, y a punto estoy de decir que no me importa demasiado; quiero creer en una movida limpia, espontánea, autóctona. No faltarán quienes digan que estas gentes están manipuladas por el PP, por el PSOE, por IU o hasta, quién sabe, por la CIA. Peores cosas se dijeron, al fin y al cabo, de los movimientos en el norte de Africa y ya ven: ni islamistas, ni partidos, ni comunistas, ni servicios secretos. No se enteraron las fuerzas vivas, como aquí tampoco nos hemos enterado de la explosión de cólera que ha sacudido tantas ciudades de este país –dicen que, en total, casi un millón de personas salieron a la calle, aunque mucha gente me parece a mí eso, en fi–. Y, naturalmente, sé dsitinguir perfectamente entre Argelia, Egipto, Túnez, Siria, Marruecos y la democracia española. Pero una democracia no se agota por votar cada cuatro años: tiene que estar vigilante sobre la pureza de esa democracia.
En fin, que hay mucho que meditar sobre lo que está ocurriendo en el seno de una ciudadanía agotada, agobiada, cabreada, escéptica. ¿Estamos ante el inicio de lo que sería un nuevo mayo del 68? ¿Está naciendo esa generación 2020 de la que ya alguna vez he hablado?Conste: no basta con reducir coches oficiales, teles autonómicas, asesores, representaciones en el extranjero y viajes gratis total. Ya es demasiado tarde para eso, y la voz ciudadana empieza a dejarse oir. Al menos, la voz de una parte de los españoles.

7 respuestas

  1. Es normal el hartazgo de la gente y sorprendente que no sea mayor. Vemos políticos corruptos, que no es que no van a la cárcel y pagan sus fechorías, sino que además, siguen ejerciendo de políticos jalonados por los suyos. Eso quema mucho! Vemos empresarios de grandes empresas y banqueros, que además de ser en gran parte responsables de esta crisis, siguen en sus puestos cobrando grandes primas por objetivos (!!!). Eso quema mucho! Yo creo en los políticos y empresarios honrados, pero mientras no seamos capaces entre todos de limpiar la mala hierba, seguiremos sintiéndonos engañados, impotentes, defraudados…

  2. Creo que jóvenes y sindicatos (inteligentes, bien informados, bien preparados) debían haberse plantado ya ante las mentiras de Solbes y ZP en la última campaña. Y mucho antes de llegar a los 5 millones de parados. Creo que llegan muy tarde. Yo soy viejo, y ya vi que nos mentían alevosamente en aquella campaña. Y veo que nos mienten ahora, más aún.
    Veo normal que se manifiesten todos los «indignados» de ahora. Pero me escama que no lo hicieran antes, siendo tan inteligentes y preparados. En estos casos me parece más necesaria que nunca la inteligencia, la capacidad de discernimiento, para no dejarnos manipular. Y la moral natural, la rectitud natural, el deseo de justicia con todos.
    Yo me sentí manipulado (a posteriori; en el momento me creí a Rubalcaba) por el PSOE en el trágico triduo de Marzo de 2004. Primero creí que el atentado la había hecho la ETA; luego creí que era todo culpa de Aznar y de un Gobierno del PP que nos mentía. Más tarde lloré ante el magnífico discurso (¿quién se lo escribió?) de la Sra. Manjón…
    Cuando he visto todo lo que ha pasado con el juicio, con los trenes, con las posibles pruebas desaparecidas, me he quedado en una amarga decepción.
    En este septenato trágico y en la actualidad he visto que nunca ningún gobierno, ni de UCD, ni del PSOE, ni del PP, me había mentido tanto y tan gravemente como ZP y Rubalcaba y todos los miembros del Gobierno. Sólo me faltaba el fallo del TC, excediéndose en sus competencias frente al TS y que ahora pretendan birlarnos la posibilidad de reaccionar con la acusación popular y cargándose la doctrina Parot para los criminales condenados.
    Ante esta experiencia, pido ahora prudencia a todos. Clarividencia. Respeto. Y, sobre todo, concordia. Si no volvemos a la concordia de la Transición, estamos perdidos. Menos acusaciones de «derechas» e «izquiertdas». Menos insultos y más propuestas de acción concertada. Vuelvo a mi «letanía»: CONCORDIA, RES PARVAE CRESCUNT; DISCORDIA, MAXIMAE DILABUNTUR. Cirus.

  3. Completamente de acuerdo, la democracia debe de estar vigilante, la democracia no se debe limitar al voto cada 4 años, la sociedad debe responder ante lo que no le gusta de sus políticos, los ciudadanos tienen que protestar, es momento de buscar salidas a lo que ya no funciona…. en todo eso, de acuerdo. Pero a pesar de que usted lo descarta, yo sigo teniendo mis dudas sobre si todo esa gente enfadada, con bastante razón, no está siendo manipulada por los partidos a los que les beneficia la abstención de la izquierda. Es más, creo que la abstención no es la solución. Hay muchísimas opciones que se presentan a las elecciones, pero al final nadie se fija en sus papeletas. Tal vez ese sea un camino, escoger una papeleta fuera del «circuíto» clásico. Y desde luego lo de democracia directa me recuerda al denostado comunismo, tal vez en algo, y en la teoría, tenían razón, o no?

  4. ¿Habés visto cómo están las redes sociales con el tema este? Maaadre mía…

  5. ya estaaaaaaan aquiiiiiiiiii

  6. Ellos sí votan. La participación habitual en el barrio de Salamanca o Chamberí, el 80-85%. En Vallecas o Villaverde 60-65%. Ellos sí votan. La participación habitual en Pozuelo de Alarcón o Boadilla del Monte, el 80-85%. En Fuenlabrada o Leganés 60-65%.
    El poder real, el de verdad, es el poder económico, pero la política democrática es el principal contrapoder que tenemos los ciudadanos. Por eso ellos sí votan, porque lo saben. Y a nosotros nos hacen creer que no, con un discurso antipolítica y antidemocrático, pero luego ellos sí votan. Si nosotros hiciéramos lo mismo y fuéramos a votar un 80-85 % el contrapoder político sería más eficaz. Sin embargo parece que hacemos lo contrario. Ellos no, ellos sí votan.

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