El pasado jueves presentamos la Red de Diarios Hispanos, en el Palace… y con coctel y todo. Nula acogida, claro, en la prensa de papel y en la competencia, y un cierto reconocimiento entre bloggers y otras gentes de futuro, incluso aunque ya tengan un pie en una embajada, como mi admirado Rafael Estrella (gracias). Algunos creen que desconociendo la irrupción de nuevas realidades esas nuevas realidades se anulan. Pero no. Lo cierto es que una red como la de los diarios iberoamericanos no hubiese sido posible hace apenas ocho años, cuando yo comencé con todo este barullo de la prensa en Internet. Ahora, la verdad es que resulta relativamente sencillo lanzar algo como esto: ocho periódicos,basados en otros tantos países, actuando independiente pero coordinadamente. Un montón de información en ocho golpes de ratón.
Pero esto no es más que el comienzo. Me cuentan que otros diarios digitales preparan cosas parecidas. Iberoamérica es el futuro de muchos españoles, como lo fue hace años, en la gran diáspora propiciada por la derrota republicana en la guerra civil. En todo caso, lo que estamos haciendo entre unos cuantos (aquí, especial reconocimiento a mi colaboradora Rosa Jiménez) significa un avance en algo que exstía, pero bajo otros moldes. Una aventura que, esperemos, conduzca a buen puerto. Gracias de antemano por vuestra atención. Y por vuestras críticas, claro.
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