Bueno, pues hétenos aquí, recién regresados de Noruega y sus bosques. Allá quedó, en una cabaña de madera y en medio de los pinos, para asistir a una universidad pequeña y ecoógica, mi hija menor, que ha elegido con originalidad la manera de gastar su Erasmus: nada de Bruselas, Londres, Berlín o Florencia, no. Noruega, que es el país más caro del mundo, glub, y ni siquiera es de la UE porque-no-les-da-la-gana, hala.
Leo con prisa diarios digitales y confidenciales y me encuentro, en medio del páramo general, con una apresurada convocatoria de ZP para el miércoles a los constructores (lo cuenta El Confidencial), con que las desavenencias en el seno de la real familia, bien conocidas por todos pero no aireadas quién sabe por qué,ya se publican (también en El Confidencial) y con que el Gobierno prepara una ley por la cual tendremos «derecho a saber» (lo que hace la Administración, se supone); esperemos que funcione mejor que esa ley según la cual la Aministración nos iba a solucionar, desde principios de año, las cuestiones biurocráticas vía Internet. Trate usted, ande, de conseguir que le reconozcan la firma digital por esas vías. O cualquier otra cosa.
Así que mi confianza en esas ‘transparencias’ que nos prometen es más bien limitada: seguirá habiendo filtraciones interesadas, disimulos, maquillajes y actuaciones con agostidad y aleosía y, si no, a ver qué nos preparan para el próximo día 20, que a mí estos consejos de ministros de agosto me dan pavor (el año pasado, el ministro Sebastián, que es el menos transparente de todos, nos coló lo de los canales digitales de pago, que se había frenado en otro Consejo memorable, el miércoles santo).
Pero, en fin: que parece que las vacaciones de ZP, si es que tal han sido, se acaban y dicen que vuelve con fuerza dispuesto a proseguir con los ‘ajustes’ que nos harán apretarnos el cinturón tras las quizá últimas vacaciones felices y despreocupadas de esta era, quien sabe. No conviene dramatizar, pero José Blanco, metido a portavoz de Hacienda (también), nos anuncia nuevas subidas de impuestos, porque en España, dixit, «estan muy bajos» en relación a Europa. Toma, y los sueldos también están muy bajos en relación con Europa y, si no, vaya usted, con la Visa bien cargada, eso sí, a Noruega…
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