Las posibilidades de América

Siempre que puedo, invito a quien me escucha a viajar a América Latina. O sea, nuestra Iberoamérica, que todavía hay quien se pelea por esas cosas de concepto ramplón (hay muchos funcionarios en España que viven del concepto Iberoamérica). El caso es que América Latina, o Iberoamérica, es una prolongación necesaria, como necesarios somos para ellos como puente hacia una Europa que no se estera aún de todo esto. Pero que sepan, acá, allá y en Bruselas, que dentro de dos generaciones presidirá España un nieto de inmigrantes ecuatorianos, pongamos por caso. Y eso será enriquecedor, más allá de las xenofobias actuales.

El caso es que presentamos nuestro diariocritico en la capital DF y nuevamente me he convencido de una cosa: en México es más fácil hac er cosas, prosperar, tener iniciativas. En esta España, en esta Europa donde todo está tan reglamentado y compartimentado, tan medido y tasado, las ideas son mucho más difíciles de llevar a la práctica.

Y, luego, cuando llegue la hora, a retirarse allá, que aún no han terminado de pavimentar del todo la costa y las montañas.

Ya sé, ya sé que hay injusticias, desigual –enormemente desigual– reparto de la riqueza. Pero, por eso mismo, da la sensación de que hay mucho más que hacer que aquí, donde todo está dicho, escrito y casi hecho. Acá a vaces falta el aire.

4 respuestas

  1. Es lo que tiene el liberalismo Fernando…también tiene sus cosas buenas…

    Saludos

    Javi

  2. Pues sí, Fernando, desigualadísima… y de ¿quién es culpa esto?
    Por favor, dinos qué piensas de la política internacional de ZP.
    Saludos.

  3. Las desigualdades de Méjico, ya las quisieran para si muchos países africanos. Pero unos y otros mueren en su intento por pasar a un mundo mejor.
    En uno y otro caso van a ser pisoteados, a vivir sin derechos y a engordar las arcas de la economía sumergida, que les acoge con los brazos abiertos mientras critica al gobierno por su política de inmigración.
    No tengo idea de la dimensión de la poítica de Zapatero en el exterior, lo que si se es que tenemos por delante a muchos países, que luchan por hacerse con ciertos mercados y que son nuestros empresarios los que tienen que moverse, aparte de las ayudas gubernamentales. Lo de las cosas puestas en bandeja, las ayudas, las subvenciones y trampas, parece ser una costumbre muy instalada en algunos sectores.

  4. puede ser que falte el aire. pero, mientras tanto, esta «hoja en blanco» nuestra es engañosa. Termina el trabajo de asfixiarte. Ves cuánto falta por hacer. Pero el dolor de estómago o el frío en los pies (o la falta de comida en tu casa, falta de libros, de ocio, de vida) te recuerdan que sigas haciendo lo que hay que hacer. Lo que te dicen que debes hacer. Y así sigues, trabajando, ni te cuento en periodismo, con la meta de escapar a ese lugar donde sólo, a veces, te falta el aire.

    … desde un Chile asfixiante

    (horas antes de escuchar a su charla en la U. de Chile)

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