Los ministros que nos vienen

Los periódicos andan estos días un poco desmadrados: quiénes van a ser ministros, quiénes dejan de serlo y quiénes lo serán en otra cartera. Yo creo, la verdad, que ninguno sabemos gran cosa, más allá de lo que nos haya contado alguien a quien creemos bien situado, pero que seguro que no ha recibido confidencia alguna del ‘jefe’.

A mí me gustaría que se quedasen María Teresa, y Solbes, y Rubalcaba, y Moratinos, que tienen ‘seniority’. Y la Narbona, que también. Y Elena Salgado. Y algún otro. Que se vayan de una puñetera vez Maleni, que es el hazmerreír de muchos, con su mala milk. Y Clos, que no tiene ni puñetera idea. Y el de Sanidad, que no es un político, sino muy otra cosa, igual que el de Justicia y el de Cultura. Por mí, Carme Chacón también podría darse el piro, pero no quiero decirlo muy alto no vaya a ser que alguien lo interprete como fruto de mi rivalidad con su marido. A la Espinosa sigo sin conocerla, de la Cabrera no se sabe casi nada y Caldera…¡Ay, Caldera!

Seguro que se me olvidan varios/as, pero no deben haber hecho grandes maravillas si los olvidamos de buenas a primeras.

Me gustaría que entrasen Ramón Jáuregui, mi falso primo, y algunos aportados por las autonomías, pero sin la prepotencia con la que los jefes autonómicos quieren imprimirle a esto. Y que vuelva Juan Fernando, gran tipo, aunque hable demasiado. De Trini no estoy seguro de que me entusiasme que venga, como dicen, y me parecería un error lo de Miguel Sebastián que apuntan los rumores y filtraciones. Ojalá sea verdad que Alonso va a un Ministerio ‘político’, y que podría entrar en el gabinete el jefe de gabinete, o sea, José Enrique Serrano, uno de los tipos más sensatos que pululan por ahí.

¿Y José Blanco?. Ah, carallo; eso es otro problema. ¿Y una promoción para Elena Valenciano? Encantado: conozco su dedicación, su valía y su buen talante, que todo hay que valorarlo.

¿Configura todo este baile de nombres que está en los mentideros y cenáculos una auténtica renovación del Consejo deMinistros? Pues no, pero no se trata de hacer experimentos sin gaseosa, como muy bien sabe el meditador Zapatero, peripatético, que no patético, por las dunas de Doñana. Que Dios le asista, que le asistirá, que Dios ayuda a los buenos cuando son más que los malos, o a los malos cuando son más que los buenos.

9 respuestas

  1. ¿Y Bermejo? ¿Qué opinión te merece?

  2. Dijo usted en su blog, el 8 de marzo, «¿Me atreveré mañana a confesar a este blog por quién he votado?». Obviamente no se atrevió, pero no ha dicho ni mu desde entonces. ¿No le parece a usted, cultivador y divulgador de los medios teconológicos, que un blog es algo más personal que un periódico y, por ende, requiere un mayor grado de «desnudez» ante sus lectores?

  3. A Bruno Primo:
    Mala opinión
    A Pierre Miró
    No he votado al PP, ni al PSOE,ni a IU

  4. Pues sólo queda en blanco o UPyD.

  5. No, si al final todos no habremos votado a los mismos. Pero, «noblesse oblige», también ud. señor Miró debería confesarnos a quien no ha votado.

  6. Servidor se retrata diariamente en su blog personal. Y le prometo que me retrato.

  7. Avatar de Uno de los Progres
    Uno de los Progres

    ¿A quién le importa lo que hay votado el Sr. Jáuregui?. Lo que nos debería importar es su trabajo diario, sus comentarios, su sentido del equilibrio y sobre todo, su falta de «mala baba».

    Muchas veces no coincido con él en sus reflexiones (esa manía populista a Maleni. si la echan debería ser por torpe no por borde), pero me parece perfecto que siga habiendo plumas como la suya, que nos den un poco de sosiego y mesura todos los días.

  8. A Pierre Miró:
    Usted lo ha dicho. Hombre, también podría haber sido a los verdes, pero no. Y, además, como dice uno de los progres, ¿qué importa a nadie lo que yo vote?

  9. Don Fernando, eso digo yo. Si no le importa a nadie, ¿para qué leshes nos amenazaba con decirnoslo y después no nos lo dijo hasta que hice mi comentario? A mí es un asunto que, como se dice vulgarmente, me la refanfinfla. Lo que ya me gusta menos es la incoherencia, el eclecticismo, y estar por encima del bien y del mal. Y, por cierto, al sedicente progre: los comentarios son el espejo del alma y, por ende, se trasluce y se traduce lo que uno piensa en lo que comenta y en el cómo lo comenta.

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