Vengo de la Conferencia Política socialista, acto nada autocrítico que empezó ayer viernes y concluirá mañana domingo. Mañana detallaré algo más mis sensaciones. Pero, de lo visto, mucho tecnicismo barato y absurdo y poco contenido de regeneración moral, me reafirmo en lo de siempre: tenemos una clase política que ya no nos merecemos. O, peor aún, quizá sí. País.
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