Uuuufff…acabó el congreso de nuevo periodismo iberoamericano. Santiago de Compostela, la ciudad llovida, ha sido como una obsesión, una bella obsesión, durante cuatro días, en los que ochenta periodistas y asimilados, procedentes de todos los países iberoamericanos, hemos discutido problemas comunes, nos hemos peleado (sanamente, si eso es posible) y hemos intentado aportar algunas soluciones a nuestros quebraderos de cabeza.

Ha estado, en líneas generales, bien. Pero, como director, apunto aquí fallos y déficits que tendremos que corregir de cara a la quinta edición, en Cantabria:

-Mucha mayor y mejor representación latinoamericana que española.
-Nula representación del ‘nuevo periodismo’ (bien es cierto que en Cáceres, tercer congreso, ocurrió al revés). ¿Es que no pueden convivir juntos en un congreso como este blogueros y periodistas ‘de papel’?
-Excesivo predominio en la representación de los países americanos ‘grandes’ en detrimento de pequeños como Ecuador, El Salvador…(hubo protestas en este sentido, y justificadas).
-Poco rigor en los planteamientos de cara a las conclusiones. Contenidos y debates irregulares en su calidad.
-Mala gestión de cara a la prensa exterior.

Es importante que los periodistas de los dos lados del charco nos veamos, nos hablemos, discutamos, nos conozcamos y hasta nos divirtamos (y nos amemos) juntos en este tipo de congresos. Pero no podemos olvidar que se trata de lanzar un mensaje muy serio a la sociedad, comenzando por los poderes públicos, acerca de lo que representamos (el cuarto poder, cuando fallan los otros tres). En este sentido, resulta desoladora la ausencia de representantes de primer nivel de esos poderes públicos en una convocatoria como esta, que es una auténtica ‘cumbre’ iberoamericana de los medios de comunicación.
Esperemos poder sacar a la luz un libro de cierto valor como resumen de este congreso y haber aprendido de cara a la ‘cumbre’ en Comillas, allá por el otoño de 2010.