Domingo noche cerrada. Casi madrugada del lunes. Los perros ya duermen. Todo es silencio. La angustia de la semana política que empieza se te echa encima. ¿Qué hará ZP, cómo echarán, si es que pueden hacerlo, a Maragall, qué hará el misterioso Montilla –que nunca te mira a los ojos–, qué acabará haciendo el PP en su guerra contra el Estatut? Puedo prometer y prometo que pocas veces, en mis treintaytantos años de profesión, había vivido una conmoción callejera como la que hoy existe, cuando los taxistas que te reconocen –o no– te preguntan: ¿y usted qué cree que va a pasar? Y yo, la verdad, no creo que vaya a pasar cosa mayor que este estado de ansiedad nacional, del que alguien, quizá el mismísimo ZP a la cabeza, pero no sólo él, debe de ser culpable. Ni usted, ni yo, en todo caso. O no de los que más. Vivíamos bien, éramos libres y despreocupados, una vez que la sonrisa zapateriana había sustituído a la adustez aznariana. ¿Era necesaria toda esta movida?¿Teníamos que remover los cadáveres, aprovechando que ahora se cumple el trigésimo aniversario de la vuelta de tuerca? No, si a veces da la impresión de que en este país 
somos gilipollas…
3 respuestas
Se ve que los españoles , en cuanto pasamos unas décadas en paz, nos aburrimos… ¿Quién está alimentando la creciente crispación en nuestro país? Como siempre, debido a nuestra proverbial irresponsabilidad, la culpa es del vecino. Es como preguntar quién acabó con la II República. Unos dicen que los fachas. Otros, que los rojos. Los menos opinamos que «entre todos la mataron y ella sola se murió». Con la crispación actual ocurre lo mismo. Dos no pelean si uno no quiere y el problema es que en este suicida e imbécil país llamado España todos están por la pelea. Y no se dan cuenta que no ganará nadie y perderemos todos, pero los españoles somos así de patriotas, siempre enfrentados entre nosotros, siempre anclados en el pasado, siempre despreciando el futuro y el progreso. Efectivamente, los españoles somos gilipollas y nuestros gobernantes no son más que nuestro fiel y sintomático reflejo.
Lo de que todos somos gilipollas, lo tomaremos como una licencia poética.
Y lo de que todos estamos por la pelea…me parece hasta inmoral, despues de que hemos padecido en los últimos dos siglos de «peleas» civiles.
Creo simplemente que hay bastantes ciudadanos de este país, estado o como se quiera llamar, que tienen una concepción distinta de «España» y entre todos habrá que encontar una salida.
Lo qe ya no estoy tan seguro es que este tema sea prioritario para el conjunto de los ciudadanos. No creo ni siquiera que esté en el «top ten» de sus inquietudes. Si se empleara una mínima parte de la «energía» que se está utilizando en la redefinicón constante del concepto de España, en hacer avanzar el país…seguro que nos iría muchísimo mejor…
Matan a tu abuelo, matan a tu tio, intentas 65 años después, averiguar donde estan enterrados para darles cristiana sepultura y lo mas agradable que escuchas, de un periodista ecuánime, es , gilipollas.