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(Maduro está sobrepasando en impresentabilidad diplomática al mismísimo Chavez)
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Creo firmemente que también España metió la pata con lo del avión de Evo Morales: hay que ver al señor embajador en Viena invitándose a tomar un café en el aparato presidencial boliviano para comprobar que allí no estaba Snowden. Pero la reacción de Maduro, insultando soezmente a Rajoy, llamándole poco menos que narcotraficante y ladrón, es, simplemente, impresentable.
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