Manifa (cap. MDCCCXXVIII)

Hoy, sábado de manifestaciones. Una, la de Navarra (que me parece plenamente injustificada), iré a comentarla desde Telemadrid, me parece que con leña dialéctica incluída con Mamen Gurruchaga, el viejo cartel. La otra, contra la guerra en Irak, se convoca recordando aquella ‘foto de Las azores’ y contra el cowboybush.jpg. Otra chorrada. En fin, supongo que estaréis tan cansados como yo de tanta marcha callejera. Así, la gente acabará harrrrta (más aún) de la política y de la clase política. ¿No tendrán nada mejor que hacer un sábado por la tarde?emoticon

7 respuestas

  1. Estimado Fernando .
    Llevo leyendo su blog desde hace unos meses (no recuerdo cuando, pero desde alguna de las manifestaciones antigobierno de la AVT).
    Y he de decirle que me ha gustado mucho como ha «toreado», con la ayuda del catedrático de derecho, a la señora Gurruchaga.
    Gracias por dar una visión objetiva de lo que esta pasando.

  2. Avatar de Fernando Jáuregui
    Fernando Jáuregui

    ¡Menuda tarde de sábado! La he pasado comentando las manifestaciones desde el estudio de Telemadrid. Ambas me parecieron absurdas, civilizadas, encantadoras, prescindibles. En la de Navarra se trataba de desgastar al Gobierno, convocada por la oposición con un pretexto artificial: protestar contra los planes de anexión de esta Comunidad a Euskadi, pretensión a su vez negada por el Gobierno y acerca de la cual no existen pruebas de ninguna clase. En la manifestación de Madrid se trataba de protestar contra un hecho acaecido hace cuatro años, la foto de las Azores, y contra una situación que no existe desde hace tres años, la presencia española en Irak. Se trataba, claro, de desgastar a la oposición.Desgaste por desgaste.

    Ya digo: perfectamente prescindibles ambas, inconvenientes para el acercamiento entre las dos españas, nefastas para entenderse en temas clave, como la política exterior y la política antiterrorista, dos cuestiones de Estado que deberían ser objeto de consenso entre las dos principales formaciones nacionales.

    Y hay que repetirlo una vez más: la política en la calle tiene sus riesgos, sobre todo cuando se abusa de ella. Los mensajes se simplifican demasiado cuando se gritan, y las pancartas son textos siempre incompletos. ¿Qué carajo inventarán para el sábado que viene?

  3. Durante la década de los 60, el profesor de psicología de la Universidad de Yale Stanley Milgram, realizó una serie de experimentos sobre obediencia y responsabilidad individual con el fin de medir la buena voluntad de un participante a obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas puedan entrar en conflicto con su conciencia personal.

    Para ello, y a través de un reclamo para participar en un supuesto experimento sobre la memoria y el aprendizaje, dos individuos se disponían en un laboratorio. Uno de ellos (el gancho) hacía el papel de “alumno” y otro, (el sujeto del experimento) hacía de “maestro”. Al “alumno” se le ataba a una silla y se le colocaban una serie de electrodes. Al “maestro” se le situaba delante de una máquina con una serie de palancas marcadas con leyendas que iban desde “descarga leve” a “peligro: descarga potente”, finalizando con una en la que se leía XXX.

    Al “alumno” (una persona que formaba parte del montaje, como ya he indicado) se le comunicaba que debía de memorizar una serie de listas de palabras y, si fallaba, el maestro le aplicaría una descarga leve que iría aumentando de intensidad a medida que se fuesen produciendo más fallos. Obviamente, las descargas eran falsas.

    Los resultados fueron del experimento fueron aterradores. Aunque el gancho mostraba de forma clara el “sufrimiento” que le producían las descargas, el “maestro” continuaba haciendo preguntas y accionando las diferentes palancas, incluso aunque no tuviesen respuesta por parte del supuesto “alumno”. Más de la mitad de los participantes en el experimento estuvieron dispuestos a electrocutar a sus “alumnos” hasta dejarlos inconscientes –o incluso producirles la muerte- solamente porque otra persona les había dado instrucciones precisas para hacerlo.

    La conclusión que sacó Milgram es de las que te hacen temblar: “una persona corriente que cumple con su trabajo y no parece especialmente hostil, puede convertirse en el agente ejecutor de un terrible episodio destructivo. Además, pese a la naturaleza dañina de un acto incompatible con los criterios éticos más elementales, pocas personas parecen tener la suficiente entereza para resistirse a la autoridad”.

    Los riesgos que apuntas, Fernando, y que comparto plenamente, se me multiplican cuando pienso en algunos de los «científicos con bata blanca» y autoridad sobre los participantes, que alientan estas marchas

  4. Me complace que el «periódico» que usted dirige tenga secciones de humor porque de lo contrario resultaria bastante engorroso digerirlo.

    Aún tengo la mandibula un poco desencajada por su sección de humor «Nuestra cara independencia». Animo a todos los lectores del señor Jauregui a pasarse por el criti.com de hoy, seguro que se lo pasarán en grande.

    «No vamos a decir, como, dicen otros, que el evento tiene un sesgo ideológico ‘unilateral’»
    Señor Jauregui, usted escribió en un articulo anterior lo contrario y lo decia claramente.
    No creo que usted considere a su compañero Casado de El Confidencial de derechas.

    Por cierto, esa comparación con El Plural debe haber sido un lapsus freudiano, se han ido a comparar con la extrema izquierda, yo creo que mas le valdria a su «periódico» que no le relacionasen con tales sujetos.

  5. «Los abertzales preparan listas ‘blancas’ y ‘sucias’ para despistar al PP y al Supremo»
    «Ante la irreductibilidad del PP, sobre todo, y de la Sala Especial del 61 del Tribunal Supremo»

    Si esto lo hubiera leido en el Gara no me habría sorprendido.

  6. Los hay que confunden la velocidad con el tocino, como otros confunden al Pesoe con el gobierno.
    Luego si los carísimos asesores de la Pepé con master en siete cosas y cursos en los EE.UU. no se saben explicar, yo se lo digo: Las maniffas ésas no iban contra la Pesoe, sino contra el gobierno.

    Leña al mono es lo que tiene que hacer la oposición, como que es su obligación. El Felippe se la daba al tío Suarez, el Aznar se la daba al tío Gonzalez, el Borrell, ¡huy!, perdón, el Almunia primero y el Zapatero despues, se la daban al tío Aznar, y así.

    Nihil Nuvum sub sole (nada nuevo bajo el sol pues).

    Lo que pasa es que los del gobierno no quieren que nadie les lleve la contraria ni mucho menos les den collejas o les hagan guasas cuando la cagan. Puede que por ello han hecho del ataque y el silenciamiento mediático de la oposición el principal argumento que justifica ante los demás su permanencia en el mando.

    Y digo en el mando y no en el gobierno porque atacar a la oposición no es gobernar. El que gobierna, le va en el sueldo, debe de esquivar los pescozones en lugar de darlos y estar más pendiente de los propios que de los ajenos,

    si es que quieren que los del común les llamemos gobernantes.

    Bueno, pues hay cosas que no tienen que ver con la política:

    http://www.datadiar.tv/juicio11m/sesiones/20070321_acu_par_tp_14702.htm

    http://www.datadiar.tv/juicio11m/sesiones/20070321_acu_par_tp_11401.htm

    Aquí hay más declaraciones:

    http://www.datadiar.tv/juicio11m/indiceintervenciones_test.htm

    Total que si alguien confunde la política con la justicia, lo mismo confunde el culo con las témporas

    Ya les vale.
    ———————-
    http://www.telefonica.net/web/villacadima

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