En este mundo de silencios, donde a los periodistas se nos convoca para leernos comunicados y para darnos información ‘oficial’, donde se nos expulsa de los actos oficiales –no damos brillo a las charreteras–, simplemente, los plumillas y micrófonos ambulantes sobramos. Bastante mal están las cosas ya en la empresa periodística como para que, encima, se nos quiten de encima eso que llamamos ‘fuentes’, que est´ñan, para colmo, secas. ¿Dónde, ante quién, hay que protestar?
Deja una respuesta