Mendoza, previsible (y el tema también)

La casa Planeta, de la que no soy demasiado partidario (ay, los tiempos del viejo y entrañable pirata-padre), negocia no solo con los medios de comunicación que toca, algo por lo demás comprensible en este mundo en el que la política tiene la mano demasiado larga, para premiar y para golpear, sino con la cultura. ¿Cuántas horas/días antes se sabía que Eduardo Mendoza iba a ganar el premio de novela? Yo lo había oído en los mentideros con veinticuatro horas de antelación, y las radios lo estaban dando como seguro ya ayer por la tarde. ¿Qué milongas son esas de la cena-con-suspense durante la cual un jurado respetabilísimo y compradísimo dice estar deliberando entre los finalistas, si el ganador ya está allí, sentado y esperando su momento?
En fin, menos mal que este año le ha tocado a Mendoza, sin duda un buen escritor –no un ‘gran’ escritor, a mi juicio– y no al borisizaguirredeturno. O al Cela encanallado de la última vez, copista hasta de un mal texto. Lo que ya me parece de aurora burreal es que aún la temática de la mayor parte de las obras presentadas gire en torno a la guerra civil; pero coño ¿es que no hay otras fuentes de inspiración? ¿Seguimos con la herida profunda?
Bueno, leeré y hasta compraré –porque, con estos comentarios míos, me temo que los de Planeta no me enviarán el libro– la novela de Eduardo Mendoza, por ser de Eduardo Mendoza y a pesar de que le hayan dado el Plateta, digo el Planeta (cuando lo de Cela fue el Plagieta). Incluso, si tuviese talento y notoriedad para ello, me presentaría al dichoso premio, por si el marketing sabio del señor Lara pasase por mis lares, que ya digo, no creo. No doy, sniff, el perfil. Así que, si fuese capaz de parir una novela, me presentaría al premio solamente para saber qué se siente cuando se pierden 600.000 euros.

4 respuestas

  1. Puedes preguntárselo a Elvira Lindo, que en otros mentideros ya contaba también con el Planeta y su pastizal. Pero no, parece que esta vez no le tocaba, que es el año que viene. Si le da tiempo a terminar el encargo.
    Ay, pero qué malísima es la envidia, primo. Y mira que el Planeta da envidia. Es por la gloria, ya sabes: Por la gloria que da ver toda esa pasta a nombre de uno…

  2. Querido Ignacio, el Planeta está más cerca de ser un timo marketinero que un salto a la gloria. Te diré, porque lo sé bien, algunas cosas, aunque no todas, no es este el foro.

    Cada año Planeta «invita» a algunos escritores o personajes mediaticos a presentarse. No se les «garantiza» el premio, pero casi. Por ejemplo, a Bryce Echenique se lo dieron como parte de un contrato en el que se contemplaban 3 novelas, la primera la cosa infame esa del huerto de su amada que ni siquiera merece el calificativo de novela, y los 601.000 euros fueron -como son siempre- en concepto de anticipo.

    De estas sé un montón, pero ya te las contaré en privado si se tercia. También te diré que la recepción de manuscritos se cierra el 30 de junio y el año de boris izaguirre y millás, los nombres de los dos ganadores ya corrían en agosto. Manda Carallo.

    A mí me parece bien que el Gordo Lara y su equipo de marketing establezcan una acción de tanta repercusión mediática y eficacia publicitaria como ésta del premio -Coca Cola prefiere los spots y el resto de editoriales decidió hace años seguir a Planeta-, lo que me parece mal y al borde del timo es que lo presenten como un premio a novelas inéditas y que, como elemento de bondad, destaquen que se han presentado 530 originales. En realidad, se han presentado 4 o 5, los Elviros Lindo y Mendozos del mundo a los que se ha «invitado» a participar y luego hay unos 500 tontorrones y engañados que presentan sus novelas -seguro que alguna de ellas de calidad literaria difícilmente discutible- creyendo que es un premio limpio.

    Marsé abandonó el jurado -yo más bien creo que le echaron- porque dos años seguidos declaró la misma noche del galardón que no estaba de acuerdo con el original premiado, que había otras novelas de más calidad aunque sus autores fueran desconocidos. (Para evitar estas «extemporaneidades» tan incómodas y «proteger» el buen nombre de los jurados, a ellos solo les llegan 10 novelas. En la criba previa está el truquito como puedes comprender)

    Es tal el poder del book marketing que a Ignacio Echevarría, el único crítico literario digno de tal nombre en esta tierra nuestra, lo defenestraron de El País entre otras cosas por escribir que el premio Planeta, el Alfaguara, el Primavera, el Plaza y Janés eran una gran mentira, que jugaban con las esperanzas, el talento y el trabajo de centenares de escritores noveles que si supieran de la podredumbre interna que los impregna no malgastarían dinero -3 fotocopias encuadernadas a doble espacio más el envío postal- ni tiempo en intentar un imposible. También repartió estopa entre los jurados, a algunos de los cuales identificó con nombres y apellidos, como a Gimferrer, a los que acusó de estar contribuyendo al deterioro de la literatura en España y actuando de cómplices necesarios en una operación puede que comercialmente aceptable pero desde luego anti-literaria y muy rastrera y haciéndolo solo a cambio de algunas gabelas difícilmente defendibles.

    Los jurados, mejor digamos los juramentados, de los premios españoles dan verdadera pena por su ineptitud, su medianía y acomodo a la pasta de las editoriales. Como decía Echevarría en su artículo, ¿por qué los premios de resonancia y dinero en francés, alemán e inglés premian a novelas ya editadas y los pemios para noveles llevan aparejado poco dinero pero un gran prestigio? ¿Tendrá que ver con la mucho mayor calidad literaria de sus escritores -y, por tanto, de sus lectores- y de su literatura contemporánea si la comparamos con la nuestra?

    Querido Ignacio, como sabrás bien, en España se publican 70.000 títulos cada año. Pongamos una media de 3.000 ejemplares por tirada, eso da 210.000.000 (210 millones de ejemplares). Eso da una media de 200 títulos POR DIA. ¿Dónde coño están? No creas que es la pregunta del millón porque la tal pregunta es ¿por qué un escritor nunca sabe -ni lo sabrá Lara mediante- cuántos ejemplares de sus novelas se venden.

    En fin, lo peor es que yo, que nunc compro el Planeta, este año sí lo haré porque a mi Mendoza me gusta: me ha hecho reír mucho y me ha deleitado literariamente con La Ciudad de los Prodigios. Ahora se adentra en Madrid y eso no quiero perdérmelo.

  3. Amén, Pascua. Después de leerte, confirmado: ya nunca más me presentaré a un concurso.

    Se acuerda uno ahora de aquel Mendoza sorprendente, capaz de escribir con una mano «La verdad sobre el caso Savolta» y con la otra (con la mano tonta) «El misterio de la cripta embrujada» o «El laberinto de las aceitunas»… Imagino que esta novela se parecerá más a «La ciudad de los prodigios» que al Gurb o el Tocador de Señoras, pero seguro que es entretenidísima. En fin, veremos.

    Y en cuanto a uno… Moriré inédito, pero decente. Siempre es mejor que levantar el puño hacia el cielo rojo del atardecer y poner a Dios por testigo de que uno nunca más pasará hambre.

    Saludos.

  4. Lo cierto es que la literatura y el mundo editorial nada tienen que ver, por lo menos en esta tierra de pan llevar. No es posible editar un Auster en España porque los Carlos Revés (director editorial de todo el grupo planeta) del pais están interesados principal -sino únicamente- en los códigos secretos, las tablas secretas y las historias secretas o en las chorradas de los borisizaguirres del mundo TV. En fin, amigo, nos queda esperar sentirnos como Kafka que, no habiendo conseguido publicar ni una línea en vida, decidió que su mejor amigo quemara toda su obra tras su muerte. No lo hizo, lo sabemos, pero seguramente es lo que Kafka quería ya que de otra manera lo habría quemado todo el personalmente.

    O sea, como decía Diane Keaton a W. Allen en Annie Hall (creo) Sí, eso es, me siento como una Kafka. 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *