Ya no puedo ni fumar el purito aislado que de cuando en cuando: ni en casa me dejan, y fuera hace demasiado frío. Hoy comienza el ‘espacio sin humos’: he pasado por algunos bares y me parecieron (algo) más vacios. Y mucha gente en la calle, fumando a las puertas de los locales.
Así que al ciudadano ya le han puesto en marcha la prohibición, que no digo yo que esté mal, aunque de prohibiciones andamos ahítos (¡cuánto les gusta a nuestros gobernantes de toda laya regular hasta lo más ínfimo nuestras vidas!).
Lo que no entiendo, si no es por afanes recaudatorios, es que un producto tan anatemizado se siga vendiendo; ni entiendo bien que el hombre, que es el único animal que tropieza cien veces en la misma piedra y pisa siempre el mismo charco, siga consumiendo algo en cuyo envoltorio ya le dicen que le puede matar. ¿Será que las personas necesitamos un antídoto a una vida excesivamente longeva?¿Espíritu transgresor?¿Un cierto remanente suicida, pero a plazos?
Bueno, el espacio sin humo, la prohibición total, es otro signo de los tiempos que empiezan en este 2011 en el que Belén Esteban ha aparecido en una portada de El País Semanal, CNN se ha convertido en un Gran Hermano de sesión continua y Mario Vargas Llosa bate récords de venta con su novela más aburrida, que ya es decir. Grandes maravillas veredes neste annus…
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