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(Volví a levantar me mano una media hora, pidiendo la palabra para hacer una pregunta al presidente. En vano. Fui uno de los dos que no pudieron preguntar y en mi caso llueve sobre mojado: en su última comparecencia de este tipo, el 28 de diciembre, tampoco me dio la palabra, aunque me miraba fijamente, como diciendo: «te j…». ¿Es para tanto?¿Seré invisible?¿Es MR tan sectario?¿Casualidad?¿No te des tanta importancia, anda, Jáuregui? A mí, al menos, me sirve para este mini-comentario. A él, no sé para qué le sirve
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Mariano Rajoy, cada vez más encantado con Mariano Rajoy.Es el titular de mi crónica de hoy en OTR. La valoración del curso político por parte del presidente del Gobierno, este viernes en La Moncloa, no ha podido ser más autosatisfecha y, por ende, menos autocrítica: “estamos pisando terreno sólido, la recuperación ha venido para quedarse, vamos en la buena dirección”…Hasta tres veces repitió Mariano Rajoy, en la rueda de prensa con la que cerró el curso, la evolución satisfactoria de algunas cifras, como la prima de riesgo o el alza de los valores en Bolsa. La rueda de prensa –una hora—con la que Rajoy daba comienzo a sus vacaciones veraniegas aportó pocas novedades, aunque el presidente no había comparecido tras sus importantes encuentros esta semana con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y con el presidente de la Generalitat, Artur Mas. Y solamente aportó dos afirmaciones tajantes, que eran toda una declaración de intenciones: Sí agotará la Legislatura y No piensa hacer una remodelación ministerial. Más ambiguo se mostró, en cambio, cuando alguien le preguntó si piensa presentarse a la reelección en los próximos comicios, aunque, hoy por hoy, nadie tiene dudas al respecto: piensa que todo va tan bien que ¿por qué no repetir cuatro años más?
No se apeó el presidente de sus ya conocidas tesis: la reforma fiscal supondrá un alivio de las cargas de veinte millones de españoles; en Cataluña, que no pone en peligro la unidad de España, en su opinión, se cumplirá la legalidad, como el propio Artur Mas admite; y él no sabe muy bien qué es eso de la ‘tercera vía’, porque nadie se lo ha explicado; lo mismo sobre la reforma constitucional, a la que no se opone, pero alguien le tiene que decir qué es lo que hay que modificar…En fin, la línea argumental que ya le conocemos, al menos quienes hemos seguido sus por otra parte no muy numerosas comparecencias ‘libres’ ante la prensa. En otro orden de cosas, para Rajoy, a quien patentemente le gusta poco que los periodistas le pregunten sobre los casos de corrupción en el PP y aledaños, esos son casos que se están tratando por la Justicia, y la Justicia, por cierto, funciona bien en España. Y punto.
La satisfacción de Mariano Rajoy con el trabajo realizado en estos dos años y medio –aunque, claro, reconoció los sacrificios que ha tenido que realizar la ciudadanía— alcanza también los niveles europeos: “no creo que ningún otro país haya hecho esfuerzos semejantes a los nuestros con la ley de transparencia”, dijo, después de haber recalcado por dos veces que España crece ahora más que la mayoría de los países de la UE. Por parecerle bien y por no hacer cambio alguno, hasta le gusta el bipartidismo: abogó por un “entendimiento” con el líder de la oposición en temas como Europa, el modelo de Estado (es decir, el mantenimiento de la Monarquía), Cataluña y política de Defensa. SDobre un acuerdo en torno a la reforma constitucional, ni palabra.
Esto fue, más o menos, lo que dio de sí la tan esperada rueda de prensa de Mariano Rajoy, que trató de mostrarse conciliador tanto con Pedro Sánchez como con el propio Artur Mas, con quien no quiso abrir cualquier contencioso. Prudencia, prudencia, prudencia…y pocos titulares, es, sigue siendo, la máxima de Mariano Rajoy, que ya se ve que se marcha contento de vacaciones: ¿quién le habrá contado al secretario general del PSOE eso que tanto repite de que la modernización del país pasa por la ‘jubilación’ de Rajoy?. Nada, nada: con estos resultados, cuando las cosas van bien, ¿para qué hacer cambios? Ya digo: satisfacción total y duradera en el inquilino de La Moncloa. Incluso se ha quitado de encima le pesadez esa de comparecer ante los periodistas…
fjauregui@diariocritico.com
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