Negociar con estos hijos de perra de ETA no signifiuca claudicar; negociar no significa que no paguen íntegras sus penas, ni que no sean ilegalizados, ni ceder un ápice en lo que no se puede ceder, que es mucho. Sé que, en un día tristísimo como hoy, la palabra ‘negociación’ es la más inadecuada, y yo solamente la menciono porque he recibido muchos correos, algunos de incomprensión, otros insultantes, los menos de aliento, criticando o aplaudiendo mi posición sobre esto. Yo no la oculto: los quiero en la cárcel, pudriéndose, a estos malditos capaces de torturar hasta lo indecible; pocas condiciones humanas más tristes que la de verdugo. Pero sé que, en algún momento del proceso, habrá que negociar la rendición de ellos, de los que queden, de los que perciban que esta sangría no tiene el menor sentido, porque no ganarán. Y eso habrá que explicárselo a los españoles, y a las vítimas, que son nuestros héroes. Pero, mientras, a por ellos. A por ellos, Patxi, a por ellos, Rubalcaba, a por ellos todos: quien mató hoy lo pagará el resto de su vida. Amen.
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